El cuerpo real, el que se enferma, envejece y muere ha sido borrado por todos los sistemas que lo utilizan como medio “para”, pero reaparece en los lugares de exclusión – los hospitales, los geriátricos – donde se visibiliza como irrupción de lo real, y en súbitas y fugaces apariciones en los sitios donde la insolencia de la salud se ve abochornada con su presencia, con esa “diferencia” que espanta a la mayoría, provoca lástima en otros y en unos pocos hace aflorar la empatía que rescata la igualdad que subyace en todo el género humano
La realidad es una ficción desigualitaria emplazada sobre los cimientos de una igualdad que es nuestra
El ser humano en su corporalidad real desaparece
de los centros de consumo. La clave de acceso es su trabajo de adaptación al
modelo de turno instalado, sin la cual sería vano su esfuerzo de pertenecer
En la publicidad, el reino de la visibilidad absoluta, los cuerpos se escamotean, parecen distintos del real y lo son: Ideas de cuerpos y poses, mediados por la abstracción de lo que se quiere vender. El misticismo del look: fundirse con la prenda
La piel de la ciudad cubierta de emociones
codificadas pergreñadas por la publicidad, vendidas como bienes de consumo, es
el escenario de lo fantasmático urbano, donde los cuerpos espejados que
circulan sienten la felicidad de “sentir” igual, de pertenecer
Civilización contra iniciática, la de lo Mismo
como único
La ciudad mutó, perdió su aura, se convirtió tan
solo en una meca pagana con vidrieras de km infinitos por doquier, marcas como
mantras, shoppings como paseos obligados donde el disfrute es directamente proporcional
a lo que se consume
Caminar hoy por la ciudad es un acto de amor-odio, de observar un tiempo frágil que la habita donde nada parece ser lo que es y nadie es lo que quiere parecer
La moda es una perífrasis de lo que no se dice,
de lo que la piel calla, un comentario al deseo de ser otros, es cita de
nuestras preferencias, un ideario social y cultural. Produce otros a partir de cada uno. Es
escritura, hace y rehace continuamente al “personaje”, lo escribe y lo
reescribe. No provee un espejo sino un espejismo
Corpus de infinitas citas, reescrituras nómades,
buceadores de anclajes efímeros. Nada más somos: metalenguajes de la ausencia
2016