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96 - Las puertas inesperadas
Escribir siempre es confrontarse con un otro desconocido que murmura un lenguaje extraño y a veces ininteligible

Más aún, escribir en referencia. Es un reclamo desde el vacío, una suma de páginas que nunca se consuman y nos dejan en ese incumplimiento, en esa falta que nos señala como meros creadores de sombras inconclusas

Pero no hay pausa para el pensamiento continuamente puesto a prueba, lo impensado nos acomete a diario y nos provoca a revisar el transitado territorio de lo pensado, avistar los posibles, mantenerse en lo abierto y dar voz al silencio, porque sin silencio no hay otro. No hay lenguaje

A veces es una palabra inadvertida, inesperada, la que despierta la inquietud que nos conduce a ver la brasa que duerme bajo la ceniza, el secreto que no se ha dejado atrapar

El pensamiento tiene carga de espiga y dimensión de océano

 

El sentido, ese acaparamiento imperioso, indiscreto y ávido de la significación que ilustró la historia de Occidente, Hoy ha querido convocar su sombra, desbordado de tanto discurso, fue rumor vacío de una otredad intraducible hasta aparición espectral del sin- sentido. Más y menos que presencia, más y menos que ausencia

Hoy la pregunta por el sentido, gesto apasionado de aproximación a una lejanía inalcanzable a través de una senda devastada, asume el retiro de esa voluntad significativa, pasa por encima del agotamiento de la significación y sitúa al pensamiento en el límite de un sentido sin significado, un sin-sentido

Queda un espacio entre ese ser que pasó, el fundamento absoluto, y su ausencia, un agujero simbólico que el Hoy reserva a una pregunta, una brasa que enrojece, una palabra silenciosa que deja su silencio quebrarse en cada una de nuestras respuestas,  pero no existe “saber” que no sea un infinito “no saber” donde se estrellan para reinventarse sus presuntos conocimientos y así evitar seguir velando su desaparición

El hombre siempre es posterior a sí mismo, acarrea el déficit de su nacimiento perdido

Un signo somos indescifrado y en tierra extraña casi perdimos el habla

 

 Nace arrojado, no enraizado, por eso sigue fijado en esa incógnita, buscando eternamente su sentido alrededor de ese momento primero y así hace un mundo que lo refleja produciendo cosas que lo protegen de los desniveles de la contingencia, lo consuelan y al mismo tiempo lo distraen de la finitud pero que no dan “ese” sentido justamente a causa de ese mismo reflejo, Narciso extraviado, pero que de cualquier manera se ha erigido en un destino, la homogeneización de todos los ritmos del mundo con un mismo leitmotiv que hemos interiorizado y con el que nos identificamos al tiempo que nos provee una máscara de nuestra propia representación, esa somnolencia de la existencia, el transcurrir de un movimiento vacío

Así, en nuestro nicho ideológico, persuadidos y sumados, estamos solos frente a  la pura inmanencia de la facticidad del mundo despojado de cualquier referencia extramundana y donde solo allí se encuentra la posibilidad de sentido

Existencialmente ya no hay más que el mundo mismo que no tiene más sentido pero es el sentido

 

Somos lo abierto y a través nuestro se expone el sentido. La subjetividad inexplorada, ese resto que no ha sido colonizado, puede hacer la diferencia, el lugar donde el sistema se desbarranque pero sin reapropiarse de un sentido que no se infiera de las propias condiciones del mundo

Se presiona al mundo para que se signifique y de esa manera  se in-significa al sentido, se lo pulverizan hasta su dehiscencia total. Justamente allí podrían rastrearse las brasas de un sentido posible en las actuales condiciones de vida. Lo que no volveremos a encontrar es un sentido fundante y totalizador

Ya no hay sentido del mundo sino una tarea por hacer

 

El mundo ha devenido desierto, el Gran Anuncio, y en el desierto uno se transforma en otro, en aquel que sabe el peso del cielo y la sed de la tierra, aquel que ha aprendido a contar con su propia soledad

Inmensidad de arena. Insaciabilidad de lo que interroga

La verdad de este desierto en el que erramos es que sea posible la pregunta

 

Aún en el vilo de nosotros mismos debemos hacer a un lado nuestras ilusiones de un retorno al sentido como lo conocimos, solo podremos reencontrar los pedazos de un sentido quebrado – otros sentidos posibles - nunca otro fundamento que nos sostenga y nos asegure la salvación. Es el nuevo desafío de la civilización

Lo que está en juego es esa posibilidad de sentido o de sentidos y acontece en un pliegue existencial entre el sentido y el sin-sentido. Linda con la desnudez de la existencia, con inventar la vida a cada momento, liberándola del yugo de la representación, descubriéndola

La vida desnuda está ahí, a espaldas de haber pertenecido

Cuando el sentido se despeña se da el encuentro con lo imposible, emerge la otra lengua, las puertas inesperadas de las epifanías

Lo más profundo es la piel y el sentido y que se viva ya sea como escozor, herida, roce, caricia, golpe, rasguño, magulladura, tatuaje, cicatriz

 


 Febrero 2018 

 

 

        

 

 

 

 

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