Cualquier escritura que hoy albergue un tema que involucre nuestro presente necesariamente se convierte en un espacio de insolencia política que apunta a bucear en una reserva de saber refractario producto del olvido histórico y que se trasunta en una denuncia hacia el poder, hacia la sociedad de la dominación
Se instala en un afuera de los discursos socialmente aceptados al transmitir saberes impensables por otras doctrinas que la distancian tanto de las ilusiones de las políticas liberales como de las ansias de control
Todo lo que se ha pensado será pensado de nuevo por un pensamiento que todavía no ha salido a la luz
La solidez de las relaciones de poder radica en su transversalidad, en que operan como redes, y en que cada uno de nosotros habita una y, por ende, está inserto en una situación de poder, lo reconozca o no, lo que pareciera ser irreversible e irremediable. No obstante, es plausible imaginar un antes de esta situación en la que nada daba a pensar en este ahora. Algo tuvo que suceder para que el hombre olvidara que es un ser- para- la –libertad
Atravesando el pasado, y sin el saber de la experiencia que puede darnos hoy la observación directa, o sin saber qué significa actualmente decir aquello que decimos, hay un hecho fundamental que al instalarse cambió toda lo que parecía ser la estructura ontológica del hombre. Y fue la Historia - el búnker de quienes detentan el poder - un Lugar con el que establecimos una complicidad inconsciente que coadyuvó al resquebrajamiento del mundo y del hombre y fundamentalmente a ignorar cómo el eslabonamiento de los diferentes episodios de las distintas épocas nos empujarían a las actuales circunstancias, acostumbrados como estamos al relato de lo que sucede en el marco de conceptos y sistemas
Ese irracional acontecimiento de una degradación quizás irreversible… el hombre nuevo, producto de la incomprensible desventura, deja de ser hombre…perdiendo la libertad, perdiendo la humanidad
El hombre habita su más grande posibilidad solo cuando vive la existencia como experiencia de libertad, como ética. Al autonomizarse el poder político se organiza el estado y nace una barrera infranqueable entre libertad e igualdad. Así se establece la dominación que se reproduce hasta el infinito
La Historia desnaturalizó al hombre al establecer en la sociedad una fragmentación tal que la libertad quedaba desterrada, y perversamente, el acatamiento y la obediencia tomaban su lugar. La fragmentación no pertenece a la ontología de la sociedad, por eso antes había una sociedad libre de sumisión en conformidad con la naturaleza del hombre. La desigualdad ignorada por las sociedades anteriores a la repartición instituida por el estado, dividió a los hombres en detentadores del poder y sujetos al poder, en dominantes y dominados. Fue justamente esa relación de poder la que disparó la facticidad absoluta de la división en la sociedad, la incesante profundización de la desigualdad
¿Qué otro peligro mayor puede amenazar a la dominación y al privilegio si no es la igualdad, condición indispensable de la libertad humana?
La jerarquía institucionaliza la desigualdad que es la que funda el estado. La igualdad, en cambio, nos exige estar alertas ante toda autoridad. Nos provoca ser indóciles
La admiro viéndola depositar en el fondo del espíritu y del corazón de cada hombre esa noción oscura, esa inclinación instintiva que es la independencia política
El único espacio verdaderamente político es aquel donde se complementan la diversidad de los individuos, la desigualdad de las fuerzas y los talentos. Así, la política puede formar parte de la sociedad global configurando una relación de complejidad abierta, inacabada, jamás transparente ni conclusiva, en base a la reciprocidad y al mismo tiempo a la autonomía del individuo y no sobre una fragmentación ni como la expropiación por la minoría de la acción colectiva de la sociedad. Si bien el hombre nace a-político, la política brota en el "entre los hombres", en el "estar juntos los diversos", no en principios identitarios en común sino en la posibilidad de hacerlo en la alteridad y en la apertura del otro, el singular-plural, el "uno numeroso", los unos y los otros, los unos con los otros
La posibilidad de abolir el poder autoritario y clasista es lo impensable, lo inimaginable de la política, una imposibilidad garantizada por la manipulación de los actos humanos más elementales, que juega con las zonas más vulnerables del ser humano, sus necesidades y deseos adecuados dúctilmente a su favor que los inducen a los actos de sometimiento y obediencia quizá ya anclados en su in-conciencia - o en la conciencia como saber que fue adquirida por el pueblo o en la conciencia como sujeto que fue ocupada por la burguesía
Cuando se toma conciencia de todo lo que nos determina, de toda esa cadena de concesiones que permitimos ingenuamente, será posible enfrentar esos factores determinantes, contradecirlos
Tan pronto como se trata de determinar el discurso sobre el que aún vivimos, en el momento en que nos vemos obligados a poner en duda las palabras que resuenan aún en nuestros oídos, que se confunden con las que queremos pronunciar, entonces el arqueólogo, como el filósofo nietzscheano, debe avanzar a martillazos
En el rechazo a la palabra de autoridad “autorizada” y de los ritos institucionales se cifra la posibilidad de una nueva sociedad, no la del con-senso. No se manifiesta la libertad en una situación de permisividad, en una sociedad normalizada donde hay adherencia, consentimiento, adaptación, sumisión, sino cuando se está frente a la negación, a la imposición de límites, de restricciones, al rechazo de la libertad misma. Es su acontecer, su reclamo de ese estallido primero que acompañó la aparición del hombre. Es la sociedad del di-senso, la de ejercer el derecho a otro lugar del pensamiento, el que nace de la historia del desastre del pensamiento. Nacemos infinitamente a la libertad que irrumpe allí donde el pensamiento choca con lo que le hace pensar
Hay libertades que definen la condición humana y hay “la” libertad, la posibilidad de ser, la única que ofrece al hombre ese abrigo, su ethos más propio
La cuestión de saber si se puede pensar de un modo distinto del que se ve es indispensable para continuar mirando y reflexionando
*SENSURA : Bernard Noël nombra así el estado de vacío mental provocado por el exceso de información, de entretenimiento, y la privación de sentido que caracteriza a la nueva forma de dominación sin coacción que padecemos
Febrero 2018