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100 - El abismo de la Modernidad
La mentalidad de la sociedad moderna ha ido sufriendo una ablación lenta y progresiva de su capacidad de pensar que ha sido sustituida por la simulación de su ejercicio a través de mandatos subliminales y sutiles estrategias de persuasión
 
Marcas profundas que vienen desde muy lejos y que continúan operando desde el trasfondo, como una matrix de interpretación heredada, de respuestas consabidas, de problemas construidos, de imágenes inconscientes, viajando en el río de palabras de la escritura que tiene que enfrentar y afrontar lo ya dicho en este presente sofocado que ha perdido el rumbo del sentido y de la significación
El pasado, el tiempo que ha quedado a la espalda, se articula como pregunta, nunca como clausura, se piensa desde los fragmentos, los momentos de vacío,las intermitencias
 
La vida no acepta ser encadenada a estereotipos que clonan figuras adormecidas y que aceptan como tutela la inercia del stato quo, la repetición del decir “legitimado” que invade el lugar del pensamiento. La vida es devenir pero no un devenir que circula por las rutas archiconocidas que suscriben la permanencia de las supremacías de turno sino un devenir de cambio y creatividad que las demuela
 
Para el stato quo lo realmente desesperante de la vida es esa contingencia que genera miedo e inseguridad y si bien atravesamos épocas donde aceptarla era prueba de fe, en el principio de la Modernidad  se convirtió en abismo amenazante, en la gran desestabilizadora de la vida a la que convenía revestir de acostumbramiento y lasitud espiritual
Hubo que disfrazarla con abalorios que la protegieran de sí misma, convertirla en un pivote de sostén de la pérdida de absolutos, un simulacro de dios, un equivalente del poder unificante de la religión
 
El hombre vive apremiado por la razón que le impulsa a invertir la mayor parte de su esfuerzo en un trabajo que padece y a olvidar la misma muerte – y por ende su misma vida – porque su sola idea lo pasma. Ese esfuerzo ya no conduce a esculpir un destino por propia voluntad sino a cristalizarse y hamacarse en su propia e irrevocable circunstancia, la vida, nuestra vida, que no es como se nos patentiza en la superficie
 
sino en esa especie de centro frágil e inquieto que las formas no alcanzan
 
 
La vida se desliza inmensa, interminable, inasible en sus infinitos aspectos aunque hoy padece la pauperización propia de la entropía de la época saturada de una filosofía cool, y de una cultura que parece serle ajena, como si  su misión no fuera la excelencia de comprenderla y encarnarla
 
A pesar de eso, el hombre sigue suspendido sobre su destino en una búsqueda de significado, atrapado sin embargo en una red de manipulación de la que inconscientemente es un eslabón, una red que inscribe la normalización social en su interior y que se fue instalando de a  poco. Así fue apareciendo una nueva estrategia de poder, una nueva racionalidad que tomó en cuenta todo lo que podía influenciar a la población - la educación, la propaganda, las convicciones - y, en suma, nuevos individuos que fueron -y son - producto de un nuevo conocimiento, objetivos de una economía de poder. Las teorías, entamado de palabras, no verdades, cubren el cuerpo hasta sellar los ojos. Se vuelven ojo del ojo
 
Preludios de la tecnocracia a través de una construcción de lo real según la racionalidad científica y técnica. Se sustituye el gobierno de las personas por la administración de las cosas
 
En un principio independientes, indiferentes los unos respecto de los otros, los seres de pronto se solidarizan, se despierta su potencia adormecida y concertadamente avanzan en una misma dirección, amalgamados por un contagio de mente a mente, una imitación tranquila y callada que andando el tiempo va a ser el motor principal de la homogeneización de una sociedad, una diseminación de individuos físicamente separados cuya cohesión es mental. Este mecanismo social imperceptible está actuado por figuras  invisibles que dirigen y manipulan a los individuos y  que tiran de los hilos, controlan la opinión e inventan otras formas de unir al mundo y de conducirlo donde conviene a sus fines
 
El único espacio de expresión y de pertenencia que le resta al individuo - formateado en el asentimiento para ejercer su soberanía y su libertad de elección - es el lugar del consumo, la expresión natural de la democracia, la producción del individuo serial, el fetichismo de la velocidad, un universo deshumanizado en un infierno climatizado dentro de una sociedad dominada por la tecnología o el estado
Una dictadura silenciosa, una idea del dominio omnisciente del poder lo impregna todo
 
No es la excepción
Sino el estado de excepción
Lo que confirma la regla
Para que no se pueda
Responder a esta pregunta
Se proclama el estado de excepción
 
No hay un adentro de la ley. Todo, incluso la ley, está fuera de la ley, y la humanidad entera se convierte en la  excepción que la ley debe contener. El estado de excepción es el que está frente a nosotros y no logramos resolver. El poder de incluir excluyendo
 
Todos los hilos han tejido la gran maraña global del presente. Se han erigido nuevas barreras de discriminación y consecuentemente, de miedo y de resentimiento. Los discursos redentores sobre la libre circulación de las personas han mutado en el sentimiento de amenaza hacia la alteridad que ciertos sectores escenifican con muros y alarmas mientras multitudes abandonadas a su suerte se amontonan en los ghetos
 
Entramos en sociedades de control que funcionan no ya por encerramiento sino mediante control continuo y comunicación instantánea
 
 
El colmo de la vergüenza se alcanzó cuando la informática, la mercadotecnia, el diseño, la publicidad, todas las disciplinas de la comunicación se apoderaron del término del concepto y dijeron; es cosa nuestra, los creativos somos nosotros, ¡somos los artífices!
 
En esta sociedad de control generalizado el poder de anticiparse al comportamiento de los individuos, de identificar la probabilidad de una conducta y diagramar frecuencias estadísticas es la vía obligada que recorren los especialistas para quienes no hay más que clases de comportamiento, todos ellos previsibles
 
Quizá sea una manera de querer silenciar el misterio de la naturaleza humana, de huir de esa cartografía azarosa de lo extraño, de lo incontrolable, de, ingenuamente, querer derrotar la incerteza y el riesgo de vivir, el no-todavía, y por ende, de toda su grandeza. Algo nos ha sido arrebatado, la vida. El hombre moderno ya no habita su alma que anda perdida, enredada en los distintos relatos de poder
 
Quiero perderme por falta de caminos
 
 
La Modernidad  se ha gestado como un enorme proyecto, ha ido imponiendo mapas - fronteras en el viento - recorridos sobre el territorio áspero e irregular del mundo, vías de dirección única contra el viento y marea de la vida que pide des-situarnos, romper las coordenadas que nos determinan para poder aceptar la experiencia, conocer las texturas rugosas del terreno y poder ver la alienación y la idolatría que forman el tejido de la realidad, su radical inconsistencia y trazar planos recuperando el carácter de desarraigo y exilio, suprema condición de pensar. De esta manera se produce un enfrentamiento radical con la contingencia del esquema ideal de configuración de la realidad de nuestro estar en el mundo
  
Y desde las fisuras emana un discurso silencioso, una voz sin voz, condición errante del sentido
 
 
 
Marzo 2018