Hoy la sociedad solo puede pensarse como negación de la homogeneidad, de la suma de lo Mismo, de la fusión, de la identidad consigo misma, y como el lugar de la pluralidad, la diversidad, la complejidad, la distancia. Aún la desconocemos, ya que late lejos de todos los totalitarismos que pueblan el aire, de los proyectos técnico- económicos y de ciertas ideas de comunión o convivencia a veces banales y dudosas. La comunidad, a la que no hemos llegado aún, quizá la que no hemos merecido, respira por sus quiebres, lejos de la asfixia de las fusiones aglutinantes, abierta a las diferencias, a las discontinuidades, a la segmentación, a la sorpresa, a la perplejidad, y sus gentes serían seres singulares que se encuentran y comparten su separación por gracia de lo singular de cada uno. En esa comunidad, ya no se trata de una relación de lo Mismo con lo Mismo, sino de una relación en la que interviene lo Otro, y este es siempre irreductible, siempre asimétrico, encarna la infinita alteridad desbaratando al sujeto en su identidad egocentrada, arrojándolo a un afuera inapelable, una exterioridad que le demuestra que es un ser inconcluso, inacabado, un ser en camino, un ser en devenir constante. La asimetría impide que todos y cada uno sean subsumidos en una totalidad que no sería más que la misma individualidad dilatada
El deseo de comunidad
es el espectro y el alma del poder constituyente, deseo de una comunidad tan
real como ausente, trama y modo de un movimiento cuya determinación esencial es
la exigencia de ser, repetida, apremiante, surgida de una ausencia
Nuestro
extravío hace que los ojos estén pegados a lo inmediato, a la representación de
lo inmediato - sin ver que la Tierra, lo sin fondo -lo des -fundamentado -
constituye el plano del que hay que partir - aunque esté inevitablemente
presupuesto – para alcanzar un comienzo otro
La representación se ha diseminado por
doquier, se ha extendido sobre el mundo como un manto de cielo artificial hasta
conquistar el infinito. Así como el mundo entero ha pasado dentro de la
representación, así todos los seres que lo pueblan son pensados de acuerdo a
sus condiciones, pero debajo de ese mundo de la representación rechina lo sin fondo,
el mundo de las diferencias libres, y esto no ocurre a causa del olvido, sino
de una desnaturalización de la diferencia, de una
conspiración de sus potencias enmarañadas con las del caos. La
diferencia ha sido pensada mediatizada, sometida, o sea fundada
Fundar es siempre
fundar la representación,
y es lo que constituye la cuestión más grave por insoslayable
Alojada
en un pasado inmemorable, la Idea subordina la línea del tiempo a lo Mismo; el
tiempo se ve plegado en un círculo donde cada presente que pasa es considerado
de acuerdo a las manifestaciones de la Idea
Si la idea juega el rol
de fundamento, el tiempo circular juega el rol de principio
Identidad
y circularidad son las dos principales formas de la representación, y fundar
implica siempre una identidad preexistente que posee de manera sobresaliente lo
que las demás solo poseen en desmedro. La identidad se esfuerza por conquistar
lo que no incluía de la diferencia y por lo tanto, fundar ya no significa inaugurar y
volver posible la representación sino volver infinita la representación, y
así , de esta manera seguimos encadenados a lo Mismo, sin posibilidad de
despegar por más proyectos de buena fe que lo intenten
Más
allá del fundamento comienza el mundo de las diferencias libres. La diferencia
está detrás de cada cosa pero no hay nada detrás de la diferencia. El fundamento
subordina y somete lo fundado y es irrevocable
Para
llegar a captar la expansión irreversible del fundamento, sería necesario remontarse del
presente como fundación del tiempo hacia un pasado puro como fundamento de
tiempo hasta el más allá de todo fundamento, el puro porvenir como
desfundamentación
Se
cuela cierta desesperanza al percibir la
enorme distancia que media hasta ese puro porvenir, pero toca atravesarla para
crear una nueva
tierra, una distribución de errancia e
incluso de delirio donde las cosas se despliegan sobre toda una extensión
unívoca y no repartida
Quizá
era más fácil contemplar las Ideas a la vez que lo Mismo seguía reinando.
Diferente es tender a una tierra nueva, distinta con una distribución nómada,
instantánea, la anarquía coronada. No desaparecería la jerarquía, pero cambiaría de sentido, sería la expresión de la potencia, inseparable de la nueva
tierra puesto que procede de ella
Encarna las
profundidades que se sustraen a la acción del fundamento y rebaten su
instauración
Esta
es la nueva Tierra desde donde ascienden todas las diferencias individuales que
la componen y la pueblan y bajo el fundamento encontramos el plano de la Tierra
o el sin fondo, que no se dice en un único y mismo sentido sino en el único y
mismo sentido de todas sus propias diferencias. La nueva tierra no es la tierra
visible, habitable, con su geografía, su ecosistema, su campo magnético…pero
justamente deviene visible, sólida, habitable, bajo la acción de fuerzas que
ligan y organizan las multiplicidades que la componen. Hizo falta que que la tierra
se haga, que se territorialice como los organismos se organizan o como el
hombre se hominiza y eso no significa que haya que atender solo a las
positividades de la geología, de la biología, aún si se debe pasar por ellas. Lo
cierto es que hay que partir de ese plano donde las multiplicidades no están
todavía ligadas ni organizadas, ni estratificadas, ni biologizadas, ni
hominizadas, como para dar cuenta de la formación de las rocas, de los animales,
o de las sociedades humanas
La
Tierra está siempre por venir puesto que, ni bien su materia es aprisionada en
los estratos, ella se suelta y cae fuera del plano. Por eso la tierra es
siempre una nueva tierra, un campo de relaciones, un mundo compuesto de todas
las relaciones entre multiplicidades rizomáticas que conectan elementos
heterogéneos sin que dejen de ser heterogéneos, puesto que es por su
heterogeneidad que se conectan
La
acción de lo sin fondo sobre el fundamento introduce un quiebre que disocia su
identidad, de forma que el pensamiento se reinventa para pensar lo que asciende
a través del quiebre y se agita en los bordes
Cuando
la instancia del fundamento se abre sobre el sin fondo, es todo el sistema
del juicio el que entonces se ve invertido. El sistema del juicio es
sustituido por otra justicia que ya no pasa por el juicio, el espíritu que
trasciende la letra. La tierra creada por el fundamento es sustituida por la
“nueva tierra” desterritorializada; su identidad, por las diferencias libres de
lo sin fondo; las representaciones (o copias) como figuras de la semejanza por
los simulacros
Siempre
y en todas partes las potencias de existir y de expresar están sometidas a
formas de dominación y, ante todo, en nosotros mismos. Renunciar a toda
pretensión no quiere decir renunciar a todo derecho. Solo que el derecho ya no
consiste en legitimar lo que existe sino en hacer existir lo que no tiene legitimidad,
lo que nadie ve ni oye, lo que han dejado de percibir en razón de sus
automatismos, hacer causa común con multiplicidades imperceptibles
Hay un movimiento - el de los simulacros - que se sustrae a la autoridad de lo Mismo, y que remonta el fondo, desbarata el reinado del topos uranos y logra la liberación de las cadenas que lo mantienen sujeto al fondo, sin posibilidad de ascender a la superficie e insinuarse en todas partes
Los simulacros socavan subterráneamente el mundo de las Ideas y no
se dejan representar, poseen una pretensión no fundada que imprime un
desequilibrio interno en el dominio del pensamiento y de lo sensible, un modelo
de lo Otro frente al modelo de lo Mismo(la copia) que revela el pensamiento de
camino a lo impensado que interioriza la disparidad, la disimilitud y la
diferencia. La anomalía o defecto – es decir lo Otro – corroe la constitución
de lo Mismo. El simulacro introduce un movimiento forzado desarticulando los
encadenamientos producidos por el modelo de lo Mismo para hacer ascender las
imágenes a la superficie, incluye en sí el punto de vista diferencial. Afirmar
el simulacro-fantasma supone recuperar todas las series heterogéneas que
contiene potencias rechazadas en el pensamiento como condición de la experiencia
real, es la imagen de un espacio descentrado, un entre-lugar en el que todo
ente es simulado. Afirma su potencia en tanto desfonda la ilusión de lo Mismo y
de o semejante como identidad previa a cualquier representación. El único
nombre que le cuadra a este ascenso desde el fondo es acontecimiento y la única
respuesta es amor fati
Hay
que remontarse más allá del mundo de la representación y de aquello que lo
funda hacia un fondo diferencial, y es
justamente el acontecimiento el que testimonia la acción de lo sin fondo en
nosotros. Algo sucede, todo cambia y desplaza las potencias, las redistribuye,
y, a través de él, todo recomienza, pero de otro modo. Somos redistribuidos, regenerados a
veces hasta lo irreconocible. Todo se repite pero distribuido de otra
forma, repartido de otro modo, y nuestras potencias se ven continuamente
conmovidas. Así, la repetición es la potencia de la diferencia…la prueba de la diferencia
Esto
no significa que las repeticiones se desplieguen en el tiempo sino que es el
tiempo el que se engendra según diferentes tipos de repeticiones. La repetición
constituye el tiempo en el que ella se produce. Todo lo que se mueve y
cambia está en el tiempo, pero el propio tiempo no cambia, no se mueve ni es
eterno. Es la forma de todo lo que cambia y se mueve pero es inmutable, es la
forma de todo lo que no es eterno, la forma inmutable del devenir, del cambio y
del movimiento, una línea abstracta inseparable de lo sin fondo. En un devenir
uno sigue siendo el que es por la simple razón de que no es aquel que uno es lo
que deviene sino aquel que uno será, mientras se continúa siendo lo que uno es
El
eterno retorno - en una octava deleuzeana - no cesa de redistribuir las potencias del ser
en el presente, pero solo hace volver la diferencia en tanto que puro porvenir,
y con toda su potencia, no permite que se instaure una fundación- un fundamento; por el contrario la destruye. Asistimos así a la desfundamentación universal,
la libertad del fondo, un fondo detrás de cualquier otro fondo: la relación de
lo sin fondo con lo no-fundado. De esta forma, el eterno retorno es el verdadero
re-comenzar. Nos hace comenzar sin cesar, repetir sin cesar, destruye cualquier
instauración definitiva. Solo él hace volver la diferencia, actúa sin
presupuestos o es el presupuesto que destruye a todos los demás
Al
irrumpir en el continuo, el acontecimiento desmorona las nociones ilusorias de
representación: realidad, identidad y verdad
El giro sobre sí que el
acontecimiento imprime nos transforma en comediantes de nuestros propios
acontecimientos y nos hace amantes de lo que sucede fuera lo que fuese
Querer el
acontecimiento es una voluntad espiritual que quiere ahora no exactamente lo
que sucede, sino algo en lo que sucede
El acontecimiento es el
desgarramiento sin cronología y sin historia, de donde proviene el tiempo
Noviembre
2019