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244 - Contra la representación
La sociedad suele pensarse como el resultado de la destrucción de otra, de una especie de comunidad ideal, pero, en realidad, lejos de ser lo que quedó de una sociedad mal avenida, y hablando de cara a un presente, puede decirse que es nada más que lo que nos está sucediendo, lo que nos acontece. Nada se ha perdido. "Nosotros somos los perdidos, los extraviados, nosotros, sobre quienes el lazo social - nuestra invención - recae pesadamente"

Hoy la sociedad solo puede pensarse como negación de la homogeneidad, de la suma de lo Mismo, de la fusión, de la identidad consigo misma, y como el lugar de la pluralidad, la diversidad, la complejidad, la distancia. Aún la desconocemos, ya que late lejos de todos los totalitarismos que pueblan el aire, de los proyectos técnico- económicos y de ciertas ideas de comunión o convivencia a veces banales y dudosas. La comunidad, a la que no hemos llegado aún, quizá la que no hemos merecido, respira por sus quiebres, lejos de la asfixia de las fusiones aglutinantes, abierta a las diferencias, a las discontinuidades, a la segmentación, a la sorpresa, a la perplejidad, y sus gentes serían seres singulares que se encuentran y comparten su separación por gracia de lo singular de cada uno. En esa comunidad, ya no se trata  de una relación de lo Mismo con lo Mismo, sino de una relación en la que interviene lo Otro, y este es siempre irreductible, siempre asimétrico, encarna la infinita alteridad desbaratando al sujeto en su identidad egocentrada, arrojándolo a un afuera inapelable, una exterioridad que le demuestra que es un ser inconcluso, inacabado, un ser en camino, un ser en devenir constante. La asimetría impide que todos y cada uno sean subsumidos en una totalidad que no sería más que la misma individualidad dilatada

 

El deseo de comunidad es el espectro y el alma del poder constituyente, deseo de una comunidad tan real como ausente, trama y modo de un movimiento cuya determinación esencial es la exigencia de ser, repetida, apremiante, surgida de una ausencia

 

Nuestro extravío hace que los ojos estén pegados a lo inmediato, a la representación de lo inmediato - sin ver que la Tierra, lo sin fondo -lo des -fundamentado - constituye el plano del que hay que partir - aunque esté inevitablemente presupuesto – para alcanzar un comienzo otro

 La representación se ha diseminado por doquier, se ha extendido sobre el mundo como un manto de cielo artificial hasta conquistar el infinito. Así como el mundo entero ha pasado dentro de la representación, así todos los seres que lo pueblan son pensados de acuerdo a sus condiciones, pero debajo de ese mundo de la representación rechina lo sin fondo, el mundo de las diferencias libres, y esto no ocurre a causa del olvido, sino de  una desnaturalización de la diferencia, de una conspiración de sus potencias enmarañadas con las del caos. La diferencia ha sido pensada mediatizada, sometida, o sea fundada

Fundar es siempre fundar la representación, y es lo que constituye la cuestión más grave por insoslayable

Alojada en un pasado inmemorable, la Idea subordina la línea del tiempo a lo Mismo; el tiempo se ve plegado en un círculo donde cada presente que pasa es considerado de acuerdo a las manifestaciones de la Idea

Si la idea juega el rol de fundamento, el tiempo circular juega el rol de principio

 

Identidad y circularidad son las dos principales formas de la representación, y fundar implica siempre una identidad preexistente que posee de manera sobresaliente lo que las demás solo poseen en desmedro. La identidad se esfuerza por conquistar lo que no incluía de la diferencia y por lo tanto, fundar ya no significa inaugurar y volver posible la representación sino volver infinita la representación, y así , de esta manera seguimos encadenados a lo Mismo, sin posibilidad de despegar por más proyectos de buena fe que lo intenten

Más allá del fundamento comienza el mundo de las diferencias libres. La diferencia está detrás de cada cosa pero no hay nada detrás de la diferencia. El fundamento subordina y somete lo fundado y es irrevocable

Para llegar a captar la expansión irreversible del fundamento, sería necesario remontarse del presente como fundación del tiempo hacia un pasado puro como fundamento de tiempo hasta el más allá de todo fundamento, el puro porvenir como desfundamentación

 

Se cuela cierta desesperanza al percibir  la enorme distancia que media hasta ese puro porvenir, pero toca atravesarla para crear una nueva tierra,  una distribución de errancia e incluso de delirio donde las cosas se despliegan sobre toda una extensión unívoca y no repartida

 

Quizá era más fácil contemplar las Ideas a la vez que lo Mismo seguía reinando. Diferente es tender a una tierra nueva, distinta con una distribución nómada, instantánea, la anarquía coronada. No desaparecería la jerarquía, pero cambiaría de sentido, sería la expresión de la potencia, inseparable de la nueva tierra puesto que procede de ella

Encarna las profundidades que se sustraen a la acción del fundamento y rebaten su instauración

 

Esta es la nueva Tierra desde donde ascienden todas las diferencias individuales que la componen y la pueblan y bajo el fundamento encontramos el plano de la Tierra o el sin fondo, que no se dice en un único y mismo sentido sino en el único y mismo sentido de todas sus propias diferencias. La nueva tierra no es la tierra visible, habitable, con su geografía, su ecosistema, su campo magnético…pero justamente deviene visible, sólida, habitable, bajo la acción de fuerzas que ligan y organizan las multiplicidades que la componen. Hizo falta que que la tierra se haga, que se territorialice como los organismos se organizan o como el hombre se hominiza y eso no significa que haya que atender solo a las positividades de la geología, de la biología, aún si se debe pasar por ellas. Lo cierto es que hay que partir de ese plano donde las multiplicidades no están todavía ligadas ni organizadas, ni estratificadas, ni biologizadas, ni hominizadas, como para dar cuenta de la formación de las rocas, de los animales, o de las sociedades humanas

La Tierra está siempre por venir puesto que, ni bien su materia es aprisionada en los estratos, ella se suelta y cae fuera del plano. Por eso la tierra es siempre una nueva tierra, un campo de relaciones, un mundo compuesto de todas las relaciones entre multiplicidades rizomáticas que conectan elementos heterogéneos sin que dejen de ser heterogéneos, puesto que es por su heterogeneidad que se conectan

La acción de lo sin fondo sobre el fundamento introduce un quiebre que disocia su identidad, de forma que el pensamiento se reinventa para pensar lo que asciende a través del quiebre y se agita en los bordes

Cuando la instancia del fundamento se abre sobre el sin fondo, es todo el sistema del juicio el que entonces se ve invertido. El sistema del juicio es sustituido por otra justicia que ya no pasa por el juicio, el espíritu que trasciende la letra. La tierra creada por el fundamento es sustituida por la “nueva tierra” desterritorializada; su identidad, por las diferencias libres de lo sin fondo; las representaciones (o copias) como figuras de la semejanza por los simulacros

Siempre y en todas partes las potencias de existir y de expresar están sometidas a formas de dominación y, ante todo, en nosotros mismos. Renunciar a toda pretensión no quiere decir renunciar a todo derecho. Solo que el derecho ya no consiste en legitimar lo que existe sino en hacer existir lo que no tiene legitimidad, lo que nadie ve ni oye, lo que han dejado de percibir en razón de sus automatismos, hacer causa común con multiplicidades imperceptibles

Hay un movimiento - el de los simulacros - que se sustrae a la autoridad de lo Mismo, y que  remonta el fondo, desbarata el reinado del topos uranos y logra la liberación de las cadenas que lo mantienen sujeto al fondo, sin posibilidad de ascender a la superficie e insinuarse en todas partes

Los simulacros socavan subterráneamente el mundo de las Ideas y no se dejan representar, poseen una pretensión no fundada que imprime un desequilibrio interno en el dominio del pensamiento y de lo sensible, un modelo de lo Otro frente al modelo de lo Mismo(la copia) que revela el pensamiento de camino a lo impensado que interioriza la disparidad, la disimilitud y la diferencia. La anomalía o defecto – es decir lo Otro – corroe la constitución de lo Mismo. El simulacro introduce un movimiento forzado desarticulando los encadenamientos producidos por el modelo de lo Mismo para hacer ascender las imágenes a la superficie, incluye en sí el punto de vista diferencial. Afirmar el simulacro-fantasma supone recuperar todas las series heterogéneas que contiene potencias rechazadas en el pensamiento como condición de la experiencia real, es la imagen de un espacio descentrado, un entre-lugar en el que todo ente es simulado. Afirma su potencia en tanto desfonda la ilusión de lo Mismo y de o semejante como identidad previa a cualquier representación. El único nombre que le cuadra a este ascenso desde el fondo es acontecimiento y la única respuesta es amor fati

Hay que remontarse más allá del mundo de la representación y de aquello que lo funda  hacia un fondo diferencial, y es justamente el acontecimiento el que testimonia la acción de lo sin fondo en nosotros. Algo sucede, todo cambia y desplaza las potencias, las redistribuye, y, a través de él, todo recomienza, pero de otro modo. Somos redistribuidos, regenerados a veces hasta lo irreconocible. Todo se repite pero distribuido de otra forma, repartido de otro modo, y nuestras potencias se ven continuamente conmovidas. Así, la repetición es la potencia de la diferencia…la prueba de la diferencia

Esto no significa que las repeticiones se desplieguen en el tiempo sino que es el tiempo el que se engendra según diferentes tipos de repeticiones. La repetición constituye el tiempo en el que ella se produce. Todo lo que se mueve y cambia está en el tiempo, pero el propio tiempo no cambia, no se mueve ni es eterno. Es la forma de todo lo que cambia y se mueve pero es inmutable, es la forma de todo lo que no es eterno, la forma inmutable del devenir, del cambio y del movimiento, una línea abstracta inseparable de lo sin fondo. En un devenir uno sigue siendo el que es por la simple razón de que no es aquel que uno es lo que deviene sino aquel que uno será, mientras se continúa siendo lo que uno es

El eterno retorno - en una octava deleuzeana -  no cesa de redistribuir las potencias del ser en el presente, pero solo hace volver la diferencia en tanto que puro porvenir, y con toda su potencia, no permite que se instaure una fundación- un fundamento;  por el contrario la destruye. Asistimos así a la desfundamentación universal, la libertad del fondo, un fondo detrás de cualquier otro fondo: la relación de lo sin fondo con lo no-fundado. De esta forma, el eterno retorno es el verdadero re-comenzar. Nos hace comenzar sin cesar, repetir sin cesar, destruye cualquier instauración definitiva. Solo él hace volver la diferencia, actúa sin presupuestos o es el presupuesto que destruye a todos los demás

Al irrumpir en el continuo, el acontecimiento desmorona las nociones ilusorias de representación: realidad, identidad y verdad

El giro sobre sí que el acontecimiento imprime nos transforma en comediantes de nuestros propios acontecimientos y nos hace amantes de lo que sucede fuera lo que fuese

Querer el acontecimiento es una voluntad espiritual que quiere ahora no exactamente lo que sucede, sino algo en lo que sucede

El acontecimiento es el desgarramiento sin cronología y sin historia, de donde proviene el tiempo

 

 

 

Noviembre 2019