Quien se obstina en ignorar o en desconocer el
éxtasis es un ser incompleto cuyo pensamiento se reduce al análisis. La
existencia no es solamente un vacío agitado, es una danza que obliga a bailar
con fanatismo. El pensamiento que no tiene por objeto un fragmento muerto
existe interiormente de la misma manera que las llamas
Es preciso volverse lo bastante firme e inquebrantable
como para que la existencia del mundo de la civilización parezca finalmente
incierta. Es inútil responder a aquellos que pueden creer en la existencia de
ese mundo y lo toman como pretexto: si hablan, es posible mirarlos sin
escucharlos e, incluso cuando se los mira, no “ver” sino lo que existe lejos,
detrás de ellos. Es preciso rechazar el aburrimiento y vivir solamente de lo
que fascina
En ese camino sería vano agitarse y buscar
atraer a aquellos que tienen veleidades tales como pasar el tiempo, reír, o
convertirse individualmente en raros. Es preciso aventurarse en él sin mirar
hacia atrás y sin tener en cuenta a aquellos que no tienen la fuerza para
olvidar la realidad inmediata
La vida humana está excedida por servir de
cabeza y de razón al universo. En la medida en que se convierte en esa cabeza y
en esa razón, en la medida en que se convierte en necesaria para el universo,
acepta una servidumbre. Si no es libre, la existencia se convierte en vacía o
neutra, y si es libre es un juego. La Tierra, mientras engendraba solamente cataclismos,
árboles o pájaros, era un universo libre: la fascinación de la libertad se
empañó cuando la Tierra produjo un ser que exigía la necesidad como ley por
encima del universo. El hombre siguió siendo sin embargo libre de no responder
a ninguna necesidad: es libre de parecerse a todo lo que no es él mismo en el
universo
El hombre se escapó de su cabeza como el
condenado de la prisión
Encontró más allá de sí mismo no a Dios, que es
la prohibición sino a un ser que ignora la prohibición. Más allá de lo que soy,
reencuentro un ser que me hace reír porque no tiene cabeza y que me llena de
angustia porque está hecho de inocencia
Yo no puedo dudar de que la suerte y el tumulto
infinito de la vida humana estén abiertos para aquellos que no pueden ya
existir como ojos reventados, sino como videntes arrebatados por un sueño
estremecedor que no puede pertenecerles
…el sentimiento de la unidad en comunión, es el
sentimiento que experimenta un grupo humano cuando se representa a sí mismo como
una fuerza intacta y completa: un profundo deseo de cohesión la eleva entonces
sobre las oposiciones, los aislamientos, las rivalidades de la vida diaria y
profana”
…no son los discursos que escucha los que la
convierten en un milagro y los que la hacen llorar secretamente, sino su propia
espera. Porque no exige solamente pan, porque su avidez humana es tan clara, tan ilimitada, tan terrible como
la de las llamas – exigiendo antes que nada que ella surja, que ella sea
…La historia económica de los tiempos modernos
está dominada por la tentativa épica, pero decepcionante, de los hombres que se
encarnizan en arrancar su riqueza a la Tierra. La incandescencia interior de la
tierra no explota solamente en el cráter de los volcanes: enrojece y escupe la
muerte con sus humaredas en la metalurgia de todos los países
La realidad incandescente del vientre materno de
la tierra no puede ser tocada ni poseída por quienes la desconocen. El
desconocimiento de la Tierra, el olvido del astro sobre el cual viven, la
ignorancia de la naturaleza de las riquezas, hicieron del hombre una existencia
a merced de las mercancías que produce,
y cuya parte más importante está consagrada a la muerte. En tanto los hombres
olviden la verdadera naturaleza de la vida terrestre que exige la embriaguez
extática y el estallido, esta naturaleza no podrá ser objeto de la atención de
los contadores y de los economistas de cualquier partido, más que
abandonándolos a los resultados más definitivos de su contabilidad y de su economía
Los hombres no saben disfrutar libremente y con
prodigalidad de la Tierra y sus productos…La economía enseña también el sentido
de la Tierra, pero lo enseña a renegados cuya cabeza está repleta de cálculos y
de consideraciones de corto alcance, y ésta es la razón por la cual lo enseña
con una ausencia de corazón y una rabia deprimente
En el carácter desmesurado y desgarrador de la
catástrofe nos es sin embargo posible reconocer la inmensidad explosiva del
tiempo: la Tierra –madre sigue siendo la vieja divinidad ctónica, pero con las
multitudes humanas hace también desmoronarse al dios del cielo en un clamor sin
fin
La búsqueda de Dios, de la ausencia de
movimiento, de la tranquilidad, es el temor que hizo entrar en la sombra toda
tentativa de comunidad universal. El corazón del hombre no está inquieto
solamente hasta el momento en el que descansa en Dios: la universalidad de Dios
sigue siendo todavía, para él, una fuente de inquietud y el apaciguamiento no
se produce más que si Dios se deja encerrar en el aislamiento y en la
permanencia profundamente inmóvil de la existencia militar de un grupo. Porque
la existencia universal es ilimitada y por ello sin reposo: no encierra la vida
sobre sí misma sino que la abre y la vuelve a arrojar en la inquietud del infinito.
La existencia universal, eternamente inacabada, acéfala, que crea y que
destruye sin cesar a los seres particulares finitos: es en este sentido que la
verdadera universalidad es la muerte de Dios
Acéfala es la Tierra, bajo la corteza del sol
Y se abrasará cuando el corazón humano se convierta en fuego, el corazón en llamas
Georges Bataille, 1936
Diciembre 2019