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260 - El yo, una puerta, un umbral
Todo el cosmos está atravesado por radiaciones, y si bien se hayan entretejidas entre sí, se singularizan por sus frecuencias vibratorias diferenciales que posibilitan el entrelazamiento, el contagio, a través de diagonales y saltos que desvían la causalidad clásica

Hay una conspiración de las cosas a espaldas de los hombres

El cuerpo se vuelve parte de una máquina planetaria y vibrante, partícula de un ser vivo abierto y flexible. Envuelto en la materia, el espíritu persevera en el contacto sensible y vibracional entre las cosas, la reunión infinita entre todas las materias heterogéneas

La corporeidad, munida de espíritus singulares e indiscernibles, alcanza un máximo de porosidad y comunicabilidad. Sintonizar con estas conexiones  es cartografiar terrenos existenciales nuevos, autoconsistentes y evanescentes, intuiciones suspendidas de una voluta fugaz de realidad y sus continuas piruetas: vahos de transformación

El término “sujeto” ha intoxicado a Occidente desde hace mucho tiempo: una marea caótica de subjetividades, escombros de un sujeto que probablemente no ha habitado jamás nuestro planeta

Hay una atrofia, un anquilosamiento que el pensamiento capitalista produce en el espíritu y que las religiones no han podido disolver

Ser capturados por la palabra nos contradice, nos conduce a una cárcel, la cárcel que la estructura del lenguaje produce, salvo que, a través nuestro, esas mismas palabras conduzcan a la liberación; para eso hay que evitar sintonizar con la música de la racionalidad y hacer inconsciente lo consciente

El enunciado no reenvía jamás a un sujeto, habla de agenciamientos, de máquinas abstractas. No hay varios sujetos sino agenciamientos; d-Deleuze / Guattari estalla el sujeto y el agenciamiento devela una multiplicidad intensiva a la luz de la noción de colectivo, un agenciamiento colectivo de enunciación

Las multiplicidades permiten religarse en el devenirde lo social a lo colectivo. Vamos hacia los múltiples procesos maquínicos de subjetivación. Estas multiplicidades se distribuyen según fenómenos de masa siguiendo movimientos brownianos  - movimientos aleatorios de las partículas en un medio fluido al chocar con sus moléculas - bajo la forma de multiplicidades moleculares

Para Deleuze, la vida es la potencia del cuerpo, la experimentación, el traslado de modos de existencia o experiencia. Estos devenires moleculares son partículas de deseo que atraviesan el cuerpo, un proceso de deseo, un principio de aproximación al otro, a los otros, que suelen ser los heterogéneos y no responde a ninguna filiación ni familiar ni profesional ni política. Implica entrar a un entorno por medio de relaciones que ocasionan el deshacerse de sí mismo deviniendo otro sin perder la inmanencia

Hay otro lenguaje biológico-cósmico-múltiple, unalengua de fluidos (más cercanos al balbuceo infantil) de devenires, de metamorfosis, de presentimientos, de multiplicidades en actividad que incitan al movimiento que no tiene necesidad de desplazarse. Es también una lengua de vacíos que no lo son porque son partículas en movimiento vertiginoso, efervescente, movimiento del movimiento, un deseo nómade que surge de una intensidad

Hay un mundo de relaciones que interconectan lo humano, una involución – la evolución creadora de Bergson -  según la cual todas las entidades pueden entrar en relación de acuerdo a sus grados de potencia. Consiste en la coexistencia de duraciones distintas que producen modificaciones y componen lo que Bergson denomina el infinito actual

Lo molecular remite a las velocidades de los afectos que se redistribuyen a manera de partículas indeterminadas que atraviesan al sujeto, el yo es continuamente rebasado por la multiplicidad, por moléculas de afectos que se redistribuyen en él y dan como resultado una metamorfosis. Así se genera otro, se crea una naturaleza distinta, una individuación, un cambio en la posición del sujeto que es singular, distinto, una haecceidad: devenir múltiples, estallar en otras formas de vida, habitar los pliegues de otro mundo que nos espera más allá de la conciencia

El yo solo es un umbral, una puerta, un devenir entre dos multiplicidades que se imbrican y generan acontecimientos de devenir

La vida no es una línea continua y normalizada sino un eterno devenir en la diferencia, por eso su proceso se expande con un plus en su propagación que genera la apertura de nuevas dinámicas de sentido en el mundo

La cosmovisión chamánica que oficiará como hilo vinculante, linda con misterios que Occidente difícilmente ha contemplado, pero, así como Deleuze lo hizo, es necesario revisitar otras tradiciones y otras cosmovisiones para hurgar en sus intersticios la indeclinable opacidad

Cualquier vocación religiosa - y aquí “vocación” se aproxima a esa entrega sacrificial que obra el chamán/ el sabedor -  se manifiesta por una ruptura o una crisis del equilibrio psíquico del sujeto. Hay un encuentro con una especie de no-tiempo donde se experimenta súbitamente lo sagrado

Lo sagrado ha estado siempre limitado por dogmas normalizadores en Occidente y si queremos tener un panorama más amplio de él es necesario liberarlo sin circunscribirlo, para hacerlo parte de un humanismo que  contemple sus otras manifestaciones, tal es el caso  del chamanismo, una depurada y a la vez arcaica técnica del éxtasis, que manifestaba lo sagrado esencialmente como una alteración radical del orden simbólico que rodeaba al sujeto, una experiencia cercana a la muerte

El contacto con lo que el chamán experimenta como sagrado es una expansión del orden “natural” de las cosas; se revela como un abandonarse a aquello que en la vida de todos los días, en sus estados normales de conciencia, ni siquiera se vislumbra. Cada una de esas experiencias, lejos de codificarse, representa una desestructuración del conocimiento. El nombre propio no designa un individuo, al contrario, adquiere su verdadero nombre cuando se abre a las multiplicidades que lo atraviesan después del más severo ejercicio de despersonalización. En el caso del chamán, el ejercicio sacrificial de su cuerpo – la intoxicación orgánica – es la puerta para que su cuerpo se instale en la multiplicidad o circulación de devenires. Así logra la configuración de un cuerpo sin órganos, en la frontera entre lo orgánico y lo inorgánico, y compone otro cuerpo, una haecceidad

El nombre es la aprehensión instantánea de esas multiplicidades que responden a una geografía y no a una historia

 En este proceso de desubjetivación se está efectuando una línea de fuga que va a bordear distintas dimensiones de subjetividad. El intercambio corporal que experimenta el chamán consiste en una serie de agenciamientos que desterritorializan la estructura molar del yo, a través de los devenires moleculares, velocidades de  afectos - a manera de partículas – que lo atraviesan y se redistribuyen en él dando como resultado una metamorfosis, una naturaleza distinta, una individuación, un sujeto singular, distinto, una haecceidad 

El sabedor despliega su plan de consistencia con la ingesta de la planta, agente que genera un “dios interior” que también puede ser la fe, el arte o cualquier móvil que redireccione la percepción y logre transformar la vida

La experiencia del brujo no es la penetración en otra realidad sino en lo que la realidad sería sino estuviese sometida a nuestra necesidad de sobrevivir en ella

 

En el caso de los bosquimanos, los signos se encuentran en sus cuerpos, hablan, se mueven, repiquetean. Los pre-sentimientos construyen su realidad

Lo que nombramos como cultura hace callar el grito de la biología que comunica

 El trance se revela como una destrucción simbólica y periódica del individuo que redunda en la regeneración cíclica de la sociedad. El chamán renuncia momentánea pero completamente a él, muere simbólicamente para seguir revalidando su poder. Se afirma destruyendo su identidad mundana ya que él mismo necesita experimentar esa alteridad extrema para permanecer él mismo

Quizá esa sea la razón que esgrimen las religiones para descalificar el chamanismo pues su misma desestructuración del mundo puede arrasar con sus representaciones

Lo sagrado está ahí para ayudarnos a sospechar de todo lo que nos hemos acostumbrado a reconocer como eso que no podría ser de otra manera que como es

En el rito de curación chamánica, el lenguaje es sumamente importante, es más, él mismo rito crea lenguaje, crea las palabras que pueden designar los fenómenos que carecen de nombre; el movimiento más inadvertido es un signo, una escritura en el espacio, el poder de lo imperceptible, la fuerza del silencio

El tiempo permanece suspendido, la existencia abierta, emergente, concurrente de todo eso que está allí. El sentido está en la piel de la lengua y en la lengua de la piel…El sentido de la curación consiste en recordar que ni el cielo ni el infierno son para nosotros. Habitamos su conexión, la franja desde donde ambos son posibles

Con el lenguaje flotando a la deriva el cuerpo recuerda su liquidez, su propia deriva. En el psicoanálisis la estrategia para el sujeto de la neurosis era devolverle la palabra, aquí la experiencia chamánica le revela ante todo la inocente exterioridad de su lenguaje. El trance no es una huída a lo inefable. Los chamanes son emisores, transmisores, grandes articuladores cosmológicos, receptores de señales, pero el que sean señales no significa negar la opacidad de las mismas, su resistencia a comunicar, el repliegue, el secreto. No obstante, el hecho es comunicable, pero este hecho depende de que lo que se vive no dependa de que sea comunicable. No se trata de un significado “oculto”,

Es la voz naciente del lenguaje que emerge ahí donde no hay todavía un yo que lo ponga a  actuar en su nombre…Es posible saberlo todo sin decir una palabra: saberlo todo equivale a saber que no todo es dable saber

 

La comunicación surge en el borde de la incomunicación, hay una complicidad sin palabras allí donde el lenguaje brilla por su propia insensatez. Es la exacerbación del non serviam del lenguaje – ya que no se pone al servicio de ningún amo - y, cuando no pretende comunicar nada, allí se configura como poiesis, la palabra que instaura

Uno no está dentro sino fuera. El lenguaje, virtualidad infinita, es una perturbación de lo real

 

La experiencia chamánica genera lenguaje precisamente porque está abierta a la noche, porque su nacimiento es la noche. Al lenguaje y a la percepción se les deja fluir en la indeterminación, y entonces instauran el sentido pues la mayor osadía del chamanismo es ejercitarse en la ambigüedad. En el mundo se improvisa. Su forma de ver es un percepto y no un concepto porque hay una relación directa en esta percepción y es dada. Todo resuena en las membranas de la lengua y ésta les devuelve a su silencio sin condiciones. El lenguaje es necesario en el límite de su superfluidad

Lo sobrenatural no es más que un pálido nombre que recubre la percepción de lo real como eso que desborda infinitamente a la imaginación, al pensamiento, al lenguaje y al cuerpo y que al mismo tiempo los penetra con su fulgurante opacidad

La experiencia del brujo no es la penetración en otra realidad, sino en lo que la realidad sería si no estuviese sometida a nuestra necesidad de sobrevivir en ella

 

Estamos tocando  lo que podría llamarse el grado cero de lo religioso - el cero es ese allí donde caben todos y ningún número: no es un número entre otros, es la ausencia de número, una ausencia sin la cual cada número sería difícilmente pensable - considerando que es una experiencia que se aleja de lo profano y que se da en los hombres cronológicamente prehistóricos: los  pueblos nómadas o cazadores o ágrafos. No es una religión pública ni de la dependencia de grupos, ciclos naturales o elementos, sino de la autonomía: de lo que se trata es de abrir la mente, hacer visible lo que generalmente está oculto. Y los riesgos no son pocos. El chamanismo es desacreditado porque su individualismo es peligroso, impredecible, ingobernable, socialmente perjudicial

La religión se enfrenta fuertemente al chamanismo obviamente tratando de proteger al individuo de la experiencia abismal mientras que sí alienta el “morir un poco” en beneficio del grupo social. Las religiones han sido siempre cánones normalizadores, el chamanismo es un fenómeno existencial. No hay culto ni jerarquías espirituales, ni estructuras sociales de mediación con lo sobrenatural

La principal preocupación de todas las mitologías, sistemas éticos y organizaciones sociales de las sociedades en un principio ha sido suprimir las manifestaciones de individualismo y generalmente se ha logrado persuadiendo a las gentes a identificarse no con sus propios intereses intuiciones o formas de experiencia sino con los arquetipos de comportamiento del consenso público, demeritando las señales de espontaneidad personal y de este modo anulando el impulso de autodescubrimiento, movimientos involuntarios de desterritorialización que anulan los terrenos conocidos, familiares, pero provocan un trastocamiento liberador de lo devenido. Es un proceso de deseo, un principio de aproximación al otro, a los otros, y a lo otro, que suelen ser los heterogéneos y no responde a ninguna filiación. Ese principio implica un entorno al que se entra por medio de relaciones que ocasionan un deshacerse de sí mismo deviniendo otro sin perder la inmanencia

El pensamiento nómade no intenta imponer la cultura a la naturaleza – el mundo no tiene por qué  ser mejorado ni cambiado, está habitado por distintas especies de personas humanas y no-humanas que lo ven desde distintos puntos de vista. Así se relativiza el dualismo entre naturaleza y cultura ya que se introducen articulaciones intermedias o discontinuidades que desbaratan esa división y, al mismo tiempo, otros dualismos caros al pensamiento occidental como universal/particular, objetivo/subjetivo, físico/moral, dado/instituido, necesidad/espontaneidad, inmanencia/trascendencia, adentro/afuera, etc.,palabras- trampas que Occidente produce y disemina

Según Deleuze el punto de vista crea el objeto y crea el sujeto ya que la constitución de lo humano en términos sociales es relacional

El chamanismo sería pensamiento en movimiento perpetuo, movilidad y fluidez de los grupos, sociedades descentradas, o, con múltiples centros, igualitarismo, contacto directo con la naturaleza: un pensamiento de la insignificatividad restituyendo los signos al espacio de lo insignificante. El chamán está afuera, habita en la exterioridad absoluta del mundo donde hay poderes pero no instructores o dómines

Hay un lado abierto del pensamiento en el chamanismo, un ámbito cuya principal determinación es la ausencia o la irrepresentabilidad de un ser supremo. El ser es devenir, no se puede capturar el devenir. El tiempo es vorágine, desconocimiento de la linealidad, puro fluir, pensar “lo-siendo”, un pensamiento en la vereda opuesta de las filosofías de la sustancia y la presencia. Un saber no se apoya en ni persigue el consenso, no guarda ni resguarda una interioridad sino que su palabra no tiene sentido ni moralidad, no legisla ni es el fulgor de la palabra verdadera, pues si algo intuye el chamán es que la palabra verdadera solo pide obediencia y conformidad; el sentido de la ley solo es la sujeción de los cuerpos. Se encuentra entre la magia y la razón en esa zona por la que no podría trazarse camino alguno. Es el reverso de la dominación, el poder sin política, la impotencia fértil

El pensamiento no plegado, resistente a las exigencias del grupo que quiere hacer de cada cuerpo un sujeto, alguien con quien contar. El pensamiento choca resueltamente contra su imagen, es decir contra ese pensamiento del dómine que es ante todo poder de plegar y replegar los cuerpos

 

La subjetividad se sostiene en la vida: intercambios,contagios, derrames y absorciones. En ese sostén la cultura acumula códigos. Devenir es desprenderse de ellos y perderse en la multiplicidad, en la ausencia y el silencio. No existimos aislados, somos una mezcla de biología y cultura, bloques de espacio-tiempo atravesados por movimientos infinitos desde cuyos entrechoques surgen devenires reales sin necesidad de migrar

Todo pensamiento ya es una tribu, lo contrario de un estado. Es la multiplicidad  - nomádica – frente (o debajo, o entre, o al margen) al Uno - imperial o republicano, da igual –

 

Nómada no necesariamente implica moverse pero sí capturar el movimiento de las partículas, la velocidad de sus trayectorias, la posibilidad de otorgarle una unidad de sentido incorporando la intensidad de otras singularidades y compenetrándose mutuamente

Este pensamiento deriva de un desmoronamiento central, de una diseminación del centro mismo. En el afuera del pensamiento, la palabra no dice sino que se interpone, la palabra se pronuncia en su intransitividad, son palabras-cosas, no cosas a las que apunta la palabra. Lo significativo no es la articulación sino la potencia de articulación y dislocación

La sabiduría chamánica: una magia sin sujeto y un saber sin objeto, un grupo siempre en formación y siempre en desbandada

El chamanismo pertenece a los pueblos sin escrituray sin historia, sin Estado y sin Dioses ajenos”. Como si ese “sin” fuese una carencia o una falta, un estado de desamparo cósmico

Hay una resistencia esencial a caer en la religión, a ser devorados y administrados por los sistemas de captura - Estado, Iglesia – simulacros de identidad – de la interioridad – del grupo social. Sería como un modo perfectamente armado de hacerle frente a la abstracción

La naturaleza no es estable ni reclama una estructura ordenada. No es la que nos ha dado la ciencia, es eso que por ser humanos nos vemos forzados a abandonar y también a objetivar/subjetivar. El chamán no la civiliza, le agrega su propia naturaleza

La desterritorialización como la reterritorialización configuran a la comunidad como máquinas de guerra, devenires que trastocan las formaciones molares, el sentido de familia, de trabajo, de ética, etc. La singularidad de la máquina es la autonomía que las expresiones asumen en la comunidad, y con ellas se aíslan de las categorías sociales occidentales

La filosofía occidental siempre dominó la diferencia y la repetición. Ha sido siempre un pensamiento de la Mismidad, incapaz de pensar la diferencia en sí misma, un pensamiento representativo basado en la identidad del concepto y en un principio original y fundante. Además, tiene como presupuesto el sentido común entendido como el acuerdo de las diversas facultades del alma, un pensamiento como reconocimiento y representación de un modo previo original ya dado

La máquina de guerra es exterioridad, tiene un movimiento externo - el Estado - ya que en relación a sus contenidos es una multiplicidad abierta y sin medida. El Estado es interioridad de orden y topología. La máquina de guerra es furor, celeridad, potencia, secreto, y el Estado es mesura, gravedad, soberano, público

 

Esta cita revela las dinámicas de una máquina de guerra que se constituye continuamente a sí misma marcando la diferencia con lo otro, actúa en los intersticios furtiva y sigilosamente, mostrándose pero sin ocultar nada, en una percepción y en un modo de acción secretos como marcas de la sociedad secreta

Estas comunidades tienen sus propias cláusulas, claves, combinaciones, que no dejan de propagarse en sus propias estructuras de organización. Así, circula con su carácter críptico y silencioso en medio del anonimato, dinamizando una “política” que no es la exterior y soberana sino una micropolítica del afecto, una constante construcción de saber-hacer

El devenir es un movimiento de liberación y es efectiva porque se mantiene en el orden del secreto, es un acto de creación de la comunidad, continua e interminable de la vida. El devenir es real, no es sueño ni fantasma. No produce otra cosa que a sí mismo sin perder su sí mismo, arrancar perceptos de las percepciones del objeto y de lo que percibe el sujeto. Extraer el afecto de las afecciones como pasaje de un estado a otro de extraer un bloque de sensaciones para un mero ser de sensación

Centellean devenires inmanentes, no trascendentes, semejante a una vida despojada de códigos. Simplemente vida

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 Febrero 2020