las
nubes se quiebran y las retinas se llenan de paisajes
soles
lejanos de alguna que otra primavera iluminan los rincones más arduos de la
noche
un
viento poderoso nos enlaza a este aquí sin importar derrumbes y quebrantos
somos
una geografía de la obstinación rozando las vestiduras de la muerte
un
escenario de revelaciones entre rescoldos de ignorancia
un
titubeo en la tiniebla
un
dispendio de esplendores inútiles
sobrevivientes de mañanas inhóspitas de pájaros callados de fuegos sin arder
de la tierra vuelta
océano insondable
somos viajeros de la perplejidad que no pactan con la ausencia y se suben a la tormenta para buscar una estrella
Abril
2020