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278 - En voz baja
La sed



el ojo que se desvela gira en la blancura ajena de la luna

rehace su trayecto una y otra vez hasta que no cabe en las pupilas

y los párpados caen detrás de una semejanza perdida

sin rastros

solo ecos desvaídos de azules imposibles

rutas quebradas de un mapa del que siempre falta un signo prendido de la espera

ese fantasma de los bordes que baila en la retina con el rostro desnudo

 

hay veces que la Tierra  se alza frente al culto del delirio

y no hay más lunas ni soles

nada más  un muro de sombras por donde respira el mundo

sin embargo


deja un resplandor que no es de nadie

una transparencia donde los ojos ven y las miradas se encuentran

aún en la intemperie resbalando el tiempo


siempre la sed



Abril 2020