a veces las paredes rebotan en las sombras
- muros blancos y desnudos que aprisionan los
cuartos -
los huéspedes de lo inhóspito se asilan dentro de un pensamiento gastado
donde la inexistencia de las cosas se confunde con palabras congeladas
- signos abiertos y quebrados de algún verbo robado -
ángeles y demonios surgen vacilantes de un
mundo hecho jirones
el ojo ilusionado se cuelga de constelaciones
azarosas
una infinita nube blanca desvanecida de su vida busca los caminos del aire en el espejo de un río
bajo puentes perforados de silencio
el tiempo que nos vive parece que se olvida que
somos polvo cayendo
una finitud que cuelga del suspenso de la gravedad