la savia
todo parece demasiado yermo bajo los cielos vacíos
el aire se quiebra
arde la ausencia y cada quien recibe su parte de la noche allí nomás del atardecer
las palabras se cuelgan de un tiempo irreconocible para el pensamiento
un punto de fuga que golpea puertas invisibles en busca de una eternidad perdida
… una charla con el viento bailando siempre en los bordes
pero el mundo es una constante improvisación a través de un río de emociones
la memoria del fuego que no ha ardido
una incandescencia demorada por las brechas de la contingencia
un acaso impaciente que respira sus resplandores en el polvo
la savia del caos que nos atraviesa habita sin saber el fondo mismo de la vida
Noviembre 2020