Estas líneas pertenecen a Carlo Michelstaedter,
alguien que entre 1908 y 1910 se embarcó en una tarea por demás heroica, la
grieta que desgarra al común de los mortales entre la persuasión y la retórica,
los dos conceptos clásicos de Platón y Aristóteles y con cuyo nombre presentará
su tesi, pero su escritura fue bastante más lejos rescribiendo, transformando
de manera radical, ambos términos
Luego de terminarla y enviarla como su tesi laurea
al Ateneo Florentino pidió a Argia Cassini le hiciera escuchar al piano la
Séptima Sinfonía de Beethoven. Acto seguido decidió irse de este mundo para
siempre. Tenía solo 23 años y un espíritu refinado y visionario que logró
remover debajo de las pesadas piedras de la retórica los restos fulgurantes del
fondo más ancestral de nuestro saber
Estas líneas no van a bucear en la interpretación
de los motivos de su drástica decisión, ni en sus circunstancias biográficas,
ya que una experiencia de esa índole no puede ser capturada por ninguna palabra
definitiva. El interés radica en la transmisión de algunos fragmentos de su
escritura, en los que puede experimentarse su luminosa interioridad que
atraviesa como una grieta el pensamiento moderno de una sociedad decadente, la
nuestra fatalmente, que da la espalda a lo humano, se opone al singular e
ignora la persuasión.
Aspiran a dejarse provocar por ese toque del
Afuera que hoy encarna Carlo Michelstaedter
Hoy vivimos en medio de un discurso retórico
homogeneizado y se echan en el olvido otras formas de comunicación humana basadas
en la persuasión. RETORICA Y PERSUASION es un diagnóstico preciso del alma
humana en su caída y una Summa de preguntas que aún siguen interrogando nuestro
presente
Hay
un antagonismo radical que separa al animal del conocimiento que alcanza a
sostenerse en la punta extrema de su saber, indiferente tanto a la espera como
a la desesperación, enteramente persuadido de la plenitud del instante
presente, y, del otro lado, el común de los mortales, abducidos por la ilusión
de una vida futura, demorándose en una experiencia meramente retórica del
presente, engañados, entregándole a esa retórica la propia vida
El hombre descansa sobre lo voraz, lo insaciable, lo repugnante, lo despiadado, lo mortífero, en la indiferencia de su ignorancia, y, por así decir, montado en sueños a lomos de un tigre. El arte dice “dejad que siga montado a lomos de un tigre”,es más poderoso que el conocimiento porque él quiere la vida y el segundo no alcanza como úlltima meta más que el aniquilamiento. Nietzsche intuye la soberanía del persuadido para quien cada instante se sostiene por sí mismo y no apoyándose los unos sobre los otros, vencidos, inclinados sobre el instante imaginario de la solución siempre por venir. Michelstaedter, por el contrario, piensa que es posible conservar el equilibrio en la intensidad de esa luz sin consumirse
La
persuasión es la posesión presente de la propia vida y de la propia persona, la
capacidad de vivir plenamente el instante sin sacrificarlo a algo venidero o
supuestamente venidero, destruyendo la vida en la esperanza de que pare lo más
rápido posible
Si
abrimos los oídos todos dicen lo mismo. A pesar de la distancia los espíritus
se encuentran en el mismo camino. Hablarán, pero la vacuidad del lenguaje – la
palabrería – es lo opuesto del pronunciamiento atemporal de unos pocos
Cada
uno sabe solamente lo que es bueno para sí mismo y se sirve del otro como de un
medio para un fin propio. Es el Credo del individuo fragmentado
Toda
palabra dicha es la voz de la suficiencia. Cuando uno habla afirma la propia
individualidad ilusoria como absoluta. El sujeto en cuanto que dice se finge
sujeto absoluto, pero el sujeto que se da de hecho, es la ilusión de la
individualidad, un querer decir que es el necesario presupuesto de todo
discurso, la intención. La primera persona del discurso no es el sujeto de la
intención. El yo no es jamás la intención significante del discurso, no
menciona una cosa anterior a la ilusión sino un modo como todos los otros de la
ilusión misma
El
peso pende y anhela lo bajo
Siempre
con la misma hambre de lo que está más abajo
El
peso es por sí mismo un obstáculo para poseer la vida. El peso jamás puede ser
persuadido
Vivir
es un hecho intrínsecamente trágico
La
vida consiste en perseguir la vida, sin embargo, alcanzarla es ser expulsados
de ella. Si la vida consiste en falta de vida, si no le faltara nada más sería
perfecto, se poseería a sí mismo y habría acabado de existir. No existe vida
alguna jamás saciada de vivir en
presente alguno, pues es vida en tanto que se continúa, en cuanto se continúa
en el futuro cuanto vivir le falta
Cada
uno debe salir de la lógica según la cual vive por vivir, vive porque vive –
porque ha nacido debe tomar sobre sí la carga del dolor, subir un Calvario y
entablar un cuerpo a cuerpo con la vida, poseídos por una misma hambre
Mientras
viva irreductiblemente oscura el hambre de la vida todo lo que vive se convence
de que es vida y corre en el tiempo. Es la persuasión ilusoria, la vicisitud de
una voluntad siempre tras una posesión imposible
Cada
cosa se destruye, acontece y pasa transmutada en un constante desear, y como
nunca la voluntad está satisfecha sin fin, sin cambios, está en cada momento
entero y nunca finito el indiferente transmutar de las cosas, el infinito deseo
La
voluntad es siempre voluntad de cosas determinadas, y, como en todo momento el
tiempo le impide consistir, le retira la persuasión. No hay persuasión de cosa
alguna, sino solo devenir respecto a una cosa, entrar en relación con una cosa.
Tengo una cosa en cuanto la he tenido No poseo toda cosa sino voluntad de una
posesión determinada. Ser es valor para una voluntad. Decir y querer decir
expresa el mismo esfuerzo cada vez determinado y siempre ilusorio de la
posesión, del sentido en el discurso y del valor por la voluntad
Retórica
es la voluntad como carencia, la voluntad de posesión
Navegar
por el mar abierto sin buscar temeroso el puerto y sin empobrecer la vida con
el temor a perderla
Frente
a lo que era para él una relación dada, en la cual, afirmándose, exigía
perpetuarse, ahora él debe afirmarse no para continuar, debe amarlo, no porque
sea necesario para su necesidad sino porque en esto que ES debe darse todo en
ese todo para tenerlo: en esto él no ve una relación particular sino todo el
mundo, y frente a esto, él no se reduce a su hambre, a su torpeza, a su
carencia de afecto, sino que él también es todo. Pues en aquel último presente
debe tenerlo todo y darlo todo, ser persuadido y persuadir, tener en la
posesión del mundo la posesión de sí mismo, ser uno él y el mundo
No
existe posesión de cosa alguna sino de un modificarse con respecto a una cosa,
entrar en relación con una cosa que posee en la medida en que es poseído
La
trama ilusoria alumbrada de placeres no es tan espesa como para impedir que la
oscuridad de lo desconocido se vislumbre. Un dolor sordo y continuo que la sed
de la vida reprime
El
vidrio tiende un velo sobre la oscuridad exterior cuando se va apagando la luz,
la imagen de las cosas queridas se hace más tenue y se hace más visible lo
invisible
Cada
uno es el primero y el último. Cosa entre las cosas, esclavos del más y del
menos, del antes y el después, del sí y del quizá
Eso
que hermana todas las cosas es el dolor, la percepción de una ausencia de
fundamento, que habla con una voz muda y que puede por eso hacerse,
paradójicamente, fuente de sentido. Palabra persuasiva, es por ello, evento,
liberación del tiempo siempre idéntico de la retórica, en el cual el “mal es
esto que no puede advenir”
Quien
se halle en el grado de comunicación persuasiva verá en toda cosa todo, y, a
propósito de cada cosa dirá siempre lo mismo… ¿cómo es posible decir siempre lo
mismo y dar lugar al suceso? Es la paradoja de la persuasión, una razón
individual y absoluta, no intencional y enteramente transparente, fuente de
múltiples sentidos y, al mismo tiempo recogida en sí misma
En
su presencia, en sus actos y en sus palabras, se torna núcleo, se hace cercana
y concreta una vida que trasciende la miopía de los hombres, por eso, todas sus
palabras son luminosas porque con profundidad de nexo crea la presencia de lo
que es lejano
La
persuasión no es muda, sino que es al mismo tiempo el sucederse de esa palabra
inaugural, reveladora, posible solo en quien está disponible para dar voz a la
experiencia de la negatividad del dolor
Entonces,
el dolor mudo y ciego de todas las cosas que no son en aquel que quiere ser,
ofrecerá, a quien no hubiese asumido el rol de esas cosas, la palabra elocuente
y la mirada lejana, puesto que verá hablar aquel dolor en el placer gris, en
los dolores finitos de todas las cosas que, por el miedo a la muerte, siempre
lo reprimen
Solo
la palabra que ha atravesado la nada, que habla en armonía con esto, resulta
auténticamente persuasiva: no indica, no significa, pero es capaz de revelar, y
hace aparecer sentidos ocultos, en aquello que está dado y es inmediato y
cercano, el darse de una multiplicidad de los sentidos
El
logos más alto no es el que pretende ser definitivo sino aquel que sabe revelar
un sentido que excede el significado dado en el discurso, que no significa sino
que comunica
Es
retórica el registro de lo que la mayoría de los hombres dicen desear, de las
cosas que la mayoría llama VIRTUD y PASION
El
sentido no es lo que el ojo ve de esto que uno ha hecho sino la mente con la
que lo ha hecho, pues solo con igual mente se puede revivir también el más
humilde signo
La
comprensión del discurso auténticamente persuasivo capaz de comunicar una
experiencia de sentido no es la repetición de lo dicho sino el re-evocar y el
volver a recorrer la experiencia que en aquello se manifiesta sin estar
encerrado en ella. Quien hace un trabajo suficiente del mero repetir la
cercanía que conoce no se salva, sino que se condena
Persuasión
es fractura de la voluntad como auto conservación
La
potencia y el acto son la misma cosa porque la persuasión niega el tiempo y la
voluntad siempre deficiente
Quien
quiera tener un solo instante de vida, ser solo un momento persuadido de lo que
hace debe adueñarse del presente, ver todo el presente como el último, como si
después viniera la muerte cierta y en la oscuridad crearse por sí mismo la vida
La
persuasión no es la abolición de la voluntad sino una inmensidad y profundidad
vertiginosa de la vida, caracterizada por la apertura no intencional al mundo
La
vía hacia la persuasión es la de una investigación del sentido que no puede
tomar la forma de una investigación si no quiere traicionarse a sí misma y, por
lo tanto, no puede ser un método No es un proceder sino un permanecer opuesto
al proceder, un pensamiento que se quiere a sí mismo queriendo
El
lugar de la persuasión es un lugar cualquiera, cualquier punto donde uno está a
condición de que allí permanezca
Persuasión
es la flor, es lo que brota no buscado de una actividad que ve en cada cosa
todo el mundo
Abril
2021