El guión es de una solidez sin fallas sobre el que la puesta en escena brilla en una especie de coreografía donde todas las marcas de los discursos acuerdan sin fisuras configurando un perfecto engranaje con las manieras del thriller, del drama político, del suspenso y de la comedia, y con sus grandes temas, el crimen, el amor, la traición, la acción y el espionaje.
Un
punto a subrayar en el guión de Abi Morgan, los roles femeninos con todas sus
luces y sus sombras, despojados de los clichés acostumbrados que circulan en
ese mundo de hombres que se ven obligados a aceptar sus desempeños - sin que se
vean desmerecidos por una cara bonita – a fuerza de talento y valentía, con la
convicción que resiste, ante cualquier prueba, la realidad, contra esa
indiferencia a lo que es “otro”, indiferencia que simplifica y despoja al mundo
de sus sombras, de su ambigüedad y de su riqueza
La serie
circula por el estudio de redacción - en el momento del surgimiento de los
informativos televisivos, como lo subraya la precariedad que emplea la puesta tan lejos del diseño de hoy - por las viviendas de los personajes, hoteles
de lujo y castillos señoriales, pero todos los temas se dirimen principalmente
en el estudio sin dejar de lado las historias de cada uno, aunque sin agobiar
ni desestructurar el foco principal de la serie, sino integrándolas y tomándolas
como un factor de peso frente a su accionar
El
horizonte de ese noticiero llamado The Hour no se halla en “dar la noticia”, se
encuentra dentro de ese valor sin medida de cada uno de los individuos, de su
singularidad, de su compromiso en develar y revelar el engaño y la mentira sin
pensar en las consecuencias
Estamos en los 56, y el periodismo aún estaba comprometido con la verdad; esa circunstancia da pie para una reflexión: la mentira estaba embozada, existía la sospecha y los sospechosos, hoy, casi 70 años después, la mentira está desnuda y tiene la fuerza de la Ley
En este magma político, situado en plena crisis
del canal de Suez, el espectro de la democracia, roto sus atavíos, circula
desfalleciente; una democracia vulnerada, irrespetada, profanados sus principios a causa de los intereses espurios de quienes gobiernan
¿Dónde se genera la indiferencia hacia la verdad, esta convicción que resiste la realidad de los hechos?
La
sinceridad, dice Arendt, nunca ha sido incluida entre las virtudes políticas
La
serie demuestra a rajatabla la ausencia de la profundidad de sentido de la
política: está anclada en esa misma falta. El Estado mismo forma parte de un espectáculo, de una ficción donde no
existe comunicación alguna, solo un gesto vacío en una realidad dibujada
Freddy (Ben Whishaw) es aquí el emblema de quien vive la posibilidad de su libre albedrío, vive su
existencia como experiencia de libertad. No duda
Hay
exigencias éticas eternas que no pueden pasarse por alto sin dañar al prójimo y
sin dañarse a sí mismo
Reparto (primera temporada)
Ben Whishaw, Dominic West, Romola Garai, Oona Chaplin, Julian Rhind-Tutt, Anton Lesser, Peter Capaldi, Anna Chancellor, juliet stevenson, Burn Gorman