desplegar menu

387 - La simple experiencia de ser
Somos seres discontinuos, individuos que morimos aisladamente en una aventura ininteligible, pero tenemos la nostalgia de la continuidad perdida. Llevamos mal la situación que nos clava en la individualidad del azar, en la individualidad caduca que somos. Al mismo tiempo que tenemos el deseo angustiado de la duración de este caduco, tenemos la obsesión de una continuidad primera que nos liga generalmente al ser Georges Bataille, El Erotismo

Volver a este mundo antes del conocimiento del cual el conocimiento habla siempre, respecto del cual toda determinación científica es abstracta, significante y dependiente, como la geografía respecto del paisaje en el cual hemos aprendido primero qué es un bosque, una pradera o un río: el contacto ingenuo con la existencia donde se ha capturado el puro azar, la contingencia absoluta, así, todas las cosas pueden reencontrar su carácter sorprendente  e inesperado puesto que su existencia era imprevisible

El mundo es mudo, y ese silencio es la fuente principal de la angustia frente a lo dado y de ella derivan las construcciones morales y no hay nada más apremiante para el ser humano que sonorizar ese opresivo y universal silencio, fundamento universal de todas las cosas, el signo último que nos señala lo real antes de abandonarnos en el justo momento de alcanzarlo

Si la incertidumbre es cruel es porque la necesidad de certidumbre es perentoria y aparentemente inerradicable en la mayoría de la gente y la filosofía es incapaz de ofrecernos la certidumbre de encontrar la verdad y tan solo nos ayuda a disipar falsas verdades, entonces la filosofía no enseña sino que des-enseña, lo que nos inquieta y nos impide seguir siendo lo que éramos expulsándonos del confortable molde con el que medíamos nuestra vida

Clément Rosset es uno de los filósofos que podríamos llamar “malditos”, un pensador marginal que ha rescatado lo real de las garras del autoengaño y de los espectros de la ilusión recuperando del olvido de siglos el sentido trágico de la existencia. Se desmarcó de la filosofía francesa del siglo XX y no se privó de críticas e ironías con dos de los más grandes pensadores (Derrida y Deleuze) a quienes dejaremos entre paréntesis a resguardo de las críticas. Su pensamiento es de una coherencia férrea e intempestiva que se instala en el mundo con extrema lucidez crítica abriendo la continuidad del tiempo y ubicándose en su misma grieta

Si bien no fue el más influyente, fue notable por su originalidad de retornar a la pregunta filosófica por excelencia, la pregunta por lo real que reabre el camino a la filosofía

Clément Rosset no se absuelve de vivir el abismo, de sentirlo y mucho menos de pensarlo, de ahí que leerlo es una aventura sin duda apasionante, se diría casi iniciática, pero a la vez peligrosa donde resuena la voz de Nietzsche - “el que no es un águila que no construya su nido sobre el abismo”- quien lo condujo a través de ese imposible que le abre la experiencia de lo desconocido para que se abra entonces también lo posible como conocer

Así comienza el movimiento del pensar, del pensamiento, sin intervención de otros elementos que no sean los de la naturaleza de esa necesidad interior, de esa experiencia interior, diría Bataille

Afirmar lo real es aceptar su crueldad inherente, su carácter trágico. Si la realidad es incomprensible y absolutamente inevitable podemos llegar a una actitud realista que nos conduce a una aprobación apaciguada o a su aceptación jubilosa


Aceptar la crueldad de la vida y gozar en esa afirmación es de por si incomprensible e ineludible a la vez, pero según la primera regla de sabiduría paradójica, todo lo que no podemos transformar hay que aceptarlo con júbilo…este sería el punto más difícil de asimilar ya que exigiría una entrega y un sacrificio ajenos al espíritu de la época que vivimos. Aceptar la tragedia de la vida es un asunto que compete a una formación innata antes que el aprendizaje, pero si es un asunto de aprendizaje, requeriría una dosis considerable de valor. No obstante Rosset defiende la experiencia de la alegría como una especie de estado de gracia que permite aceptar la circunstancia del mundo. Aguas nietzscheanas

Ser feliz es serlo a pesar de todo

 En el fondo, afirma Rosset, el error humano es querer disminuir siempre la tragedia de lo real alegando la instancia accidental como causal en vez de remitirla a la tragedia inmanente de toda realidad y de este modo dejar todo en la esperanza de una realidad distinta

Todas las consideraciones de la moral - experta en el arte de resistirse frente al ser - complican sin motivo la realidad muy simple de lo que existe. El hombre moral” rechaza al ser en bloque y luego vuelve a fabricar un mundo ordenado según sus visiones, absolutamente privado del contacto con la realidad en la que cree vivir

La impasibilidad por todo lo que constituye el gran drama de la vida y la obstinada pasión por lo esencial, es todo lo que constituye nuestra impotencia ineludible ante el transcurso del tiempo y conforma el sin-sentido de la vida, su insignificancia estructural. El vacío de sentido expone ese sin-sentido de querer soslayar el dolor de la vida pero lo que hay de trágico en el hombre es su cualidad de ser

Toda la existencia sirve a lo trágico, al hombre, es su abismo. La única preocupación es lo que está ahí, ya dado, fuente de toda tragedia y de toda comedia, es lo que está ahí, ya dado, el hecho consumado, ajeno a toda justificación causal, o sea la simple experiencia de ser. Así, lo propio de lo real se encuentra en el hecho de ser siempre inadmisible e incomprensible en sí, por el solo hecho de que es una única y misma cosa, ser y ser absurdo

Rosset nunca se mostró interesado por la política (en particular por el marxismo ya que consideraba a Marx un idealista), lo embargaba un sentimiento de amargura por sus contemporáneos porque los veía atrapados en un porvenir ilusorio. Por esta razón piensa que todos los movimientos políticos son inútiles dada la imposibilidad de controlar el azar que habita la vida social. Pasado el tiempo, no cambia su opinión con respecto a los ejercicios políticos y se refiere a lo que sucede en el Congreso como actos de grandilocuencia de los políticos

Define a la política como la disputa entre los grupos por el control del poder

Irónicamente se pregunta qué hacer con todas esas ideas y responde “en la realidad, sin duda, no”. Queda una solución y ya ha sido adoptada por todos aquellos que quieren “cambiar el mundo”:

Hay que crear grupos pequeños de hombres de igual opinión, pequeños círculos(…) donde se confronten con erudición puntos de vista rigurosamente idénticos (…) Se secreta lentamente un mundo imaginario, se crea con todas sus piezas ese mundo maravilloso que no se pudo encontrar en el ser. Completamente indiferentes a lo que pasa en el mundo, absolutamente insensibles e inaccesibles a toda realidad, solo tienen ojos y oídos para lo que se dice y pasa en sus salas de reuniones públicas: Allí está lo real: afuera está lo imaginario, lo aparente y todo lo que hay que modificar, y se modifica con brío, uno se convierte en útil, pero siempre en palabras y libelos que, por cierto, son los únicos en leer(…) La influencia d sus ideas solo es sensible en los de sus parientes. Lo mismo vuelve hacia lo mismo

 

Si se toma como concepto de política la relación entre los hombres como lo enseña la filosofía hasta Maquiavelo, en Rosset hablamos de ética

Resalta la incapacidad fundamental de los hombres para construir ideologías y no para deshacerse de ellas

Deduce la indiferencia del pensamiento trágico ante un pensamiento juzgado como ideología, pero también la imposibilidad de hacer un pensamiento anti ideológico porque para Rosset la ideología designa un contenido imposible en el pensamiento

Los anti- ideólogos forjan su pensamiento a partir de consideraciones optimistas y superficiales y porque creen en la omnipotencia de su discurso lo convierten en una ideología más

Lo que caracteriza a la ideología es su inexistencia, habla de no-seres (justicia, riquezas, los valores, el derecho, la meta). Habla de nada, ya que su contenido es ideal: una creencia de que algo va a ir mejor en la medida en que siga el camino trazado por la idea asumida como única verdad posible. Paradójicamente, la anti ideología también habla de no-seres por la misma confianza en su discurso

La ideología carece de sentido según Rosset por el hecho de la completud de lo que existe (lo real) y porque la vida humana está prisionera de su propia facticidad, en su propio destino, o sea, en su sentido trágico, por lo que cualquier punto de vista que prometa algo mejor estaría siempre empantanado, condenado al fracaso, no hablaría de nada, y, en este sentido, el pensamiento trágico será siempre anti ideológico porque establece que el mundo no sufrirá ninguna modificación, está atado a su destino y no puede olvidar todo el azar del mundo

De una coherencia férrea por donde se lo lea, Rosset rechaza la política pero nos otorga una ética, una visión del mundo que no por desalentadora, carece de honestidad, de valentía, de pasión por ver una Verdad innegable. Sí, es un discurso del desamparo y de la soledad del hombre en medio del sin sentido donde siempre hemos estado y que descubrimos no hace mucho

 El mundo no habla, no nos enseña nada, está ahí simplemente, en el mayor silencio. Las cosas son lo que son pero no hablan de sí mismas

 

No hay causalidad real en el mundo porque todo lo que existe, existe sin causa. La razón esencial del silencio proviene de la ausencia fundamental de causalidad. El único lenguaje que puede dirigirnos el mundo, la única palabra que puede romper el silencio, la única razón que puede aclarar en parte el enigma de todo ser, no podrían dejar de evocar una causalidad cualquiera, por eso el lenguaje de la causalidad es el único lenguaje posible del mundo, y si toda causalidad está ausente, toda palabra es superflua

La presencia silenciosa del mundo es un suplicio para el ser humano preocupado por comprender lo que admira o lo que detesta, de ahí que la angustia moral sea el origen de la preocupación obsesiva por la inteligibilidad que anima a la mayoría de las filosofías

Hay que volver a encontrar ese sentimiento extraño de escándalo frente a un mundo que no habla, frente a una existencia que no procede de nada para comprender al hombre moral y comprender cómo las misteriosas y ancestrales reacciones morales derivan todas de ese escándalo original que es el silencio del mundo. Lo “escandaloso” no se comprende más que en tanto interrumpe un “deber ser”, que surge de modo incongruente para quebrar un orden, un ser escandaloso que se admite furtiva y aisladamente en la existencia: un ser que no tiene ningún derecho a ser, al mismo tiempo que, sin embargo, es. El escándalo original se vuelve a encontrar en todos los acontecimientos, copias pálidas del mismo

Para el ser razonable solo hay como intolerable aquello que es ajeno a la razón

Para remediar al ser silencioso se pergeñará una interpretación inteligible que comprende el mundo, una interpretación inteligible que le restituye lo que le falta y que debido a ella el mundo renuncia a ese silencio opresivo y accede a entregar un “sentido” que posibilita aprehenderlo mejor. Todo se explica, el mundo habla



Agosto 5 de 2021