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395 - La libertad como pasión. El eros del saber
Ejercer la crítica es un desafío en estos tiempos donde la información aventaja en rapidez a la capacidad de procesarla y esta aceleración informática es la responsable de cambiar la sensibilidad y la aptitud de reflexionar


La crisis de la crítica es una de las manifestaciones de la crisis general y profunda de la sociedad, ya que existe un pseudo consenso generalizado por el que la crítica y el oficio del intelectual, del pensador, están hoy mucho más dependientes de circunstancias ajenas a la crítica en sí misma que antes y de una manera más intensa. La sociedad no es más que una mediación de encarnación y de incorporación - fragmentaria, complementaria - de su institución y de sus significaciones imaginarias. En el sistema todo está mediatizado y cuesta descorrer el telón

Creándose, la sociedad crea al individuo y los individuos en y a través de los cuales ella solo puede ser efectivamente. La fabricación social del individuo es un proceso histórico a través del cual la psique es impelida (de una manera suave o brutal pero siempre a través de un acto que violenta su propia naturaleza) a abandonar sus objetivos y su mundo inicial y a investigar unos objetivos, un mundo, unas reglas que están socialmente instituidas. La sociedad crea su mundo, le da un sentido y una significación destinada a cubrir de antemano todo cuanto puede presentarse

La sociedad contemporánea tiene una capacidad enorme para silenciar cualquier divergencia verdadera, acallándola o naturalizándola como un fenómeno entre otros. El público no es inocente y se presta a la complicidad adaptándose a lo que se les ofrece y aceptando pertenecer a una falsa élite cultural consensuada

Toda esta situación se instrumentaliza y es utilizada por un sistema anónimo a su vez que no depende de una voluntad autoritaria, ni de un grupo de grandes capitalistas, ni de influencers ni de creadores de opinión, sino que es una inmensa trama social-histórica que va hacia el mismo lado y hace que todo se vuelva insignificante, in-significante

Parecería que es preciso lidiar con un ejército de autómatas sin condiciones cognitivas suficientes para vislumbrar la complejidad del mundo contemporáneo

Vivimos en medio del culto de lo efímero que exige al mismo tiempo una retracción extrema, la duración útil cada vez menor de la atención del espectador o lector; pero la humanidad no se ha degenerado biológicamente, lo que ocurre es que el sistema y los medios de comunicación educan - deforman sistemáticamente - para beneficio de sus fines donde una atención fresca no sería nada conveniente. Allí hay una conspiración – en el sentido etimológico – todos esos gestos “respiran juntos”, soplan en la misma dirección de la de una sociedad donde toda crítica pierde su eficacia al caer en un cerebro entumecido

Hay efectos coyunturales que desempeñan un papel en esta evolución, pero detrás de estos factores hay otras circunstancias más graves, el derrumbe de las ideologías, el triunfo absoluto de la sociedad de consumo, la crisis de las significaciones imaginarias de la sociedad moderna que van a configurar la manifestación de una crisis de sentido que es la que les facilita a estos elementos el rol que desempeñan

Hay una vertiente socio-histórica de la represión, que tiende a cortar la comunicación entre la imaginación radical y el pensamiento. La propuesta de Cornelius Castoriadis es la producción de una subjetividad reflexiva y deliberativa, en lo colectivo, una subjetividad capaz de cuestionar las significaciones de la tribu, de desendiosar las instituciones de la sociedad

Esta subjetividad es un proceso, no un estado logrado de una vez y para siempre. Siempre hay una dimensión de no determinación, entendiendo a la creación como el surgimiento de nuevas determinaciones

La creación está ligada al tiempo, siendo el ser caos, abismo sin fondo, dice Castoriadis, y esto implica una nueva concepción ontológica en la cual está presente la capacidad de alteración: el ser como magma, como despliegue de una multiplicidad heterogénea de alteridades coexistentes


Y continúa, cada sociedad crea lo que tiene sentido y lo que es válido: lo verdadero, lo falso, lo correcto, lo incorrecto pero la tendencia, tanto en la sociedad como en el sujeto es el cierre del sentido, el cierre de la emergencia de lo magmático, de la imaginación liberada y desfuncionalizada frente a la creación. La fragmentación del mundo del conocimiento debida a la crisis actual debe dejar lugar a un trabajo conjunto entre las distintas disciplinas, a un cambio profundo en la relación de sus integrantes, pero la descomposición se ve particularmente en la desaparición de las significaciones, en el desvanecimiento casi completo de los valores  

 

En todas las sociedades occidentales el único valor es el dinero, la ganancia. Una sociedad puede continuar funcionando y reproduciéndose sobre esa única base, y la principal barrera que atemoriza a las personas es la sanción penal

La corrupción generalizada que se observa en el sistema político económico contemporáneo no es periférica ni anecdótica, se ha vuelto un rasgo estructural sistémico de la sociedad en que vivimos

Si ponemos todos los factores que dependen casi de uno solo como núcleo y tomamos en cuenta la destrucción irreversible del entorno terrestre que la expansión capitalista necesariamente conlleva, podemos llegar a entrever durante cuánto tiempo más funcionará el sistema

El deterioro de Occidente, la descomposición de las sociedades, de los valores, la privatización y la apatía de los ciudadanos también responden al hecho de que los desafíos frente a la complejidad del mundo se han hecho desmesurados, pero, no obstante, este hecho también proviene del deterioro, de la descomposición, del desgaste sin precedente de las significaciones imaginarias

Se ha perdido el sentido trágico, el límite o la hybris, la desmesura. Respecto a la democracia, como régimen, está basada en la libertad, y por lo tanto, en el riesgo, es un pensamiento de los límites. En ella el pueblo sabe que “puede” hacer cualquier cosa, pero que no debe” hacer cualquier cosa

 Como pensamiento, la democracia es atea necesariamente: asume realmente el significado de la muerte, dejándonos libres de obrar y pensar en este mundo. La democracia es un llamado constante a la auto limitación, pues es la demostración de los efectos de la hybris, de la desmesura, además de que pueden coexistir razones que se le oponen. Y no es obstinándose en la razón como se solucionan los problemas de la vida colectiva. La tragedia, por ser democrática, nos recuerda constantemente la limitación radical del ser humano

Castoriadis, fiel a la severidad de su mirada y a su batallar contra la ilusión y también contra un optimismo exacerbado, sostiene que la creación es el eje de la historia y que el futuro es impredecible. Propone una democratización profunda de todas las instituciones de la sociedad y la creación de nuevas. Apunta a favorecer la autonomía de sus integrantes, lo que implicaría la creación o el retorno de un sujeto democrático

…hemos visto desarrollarse en el mundo occidental un tipo de individuo que no es el tipo de individuo de una sociedad democrática o de una sociedad donde puede lucharse por incrementar la libertad, sino un tipo de individuo que está privatizado, que está enfermo dentro de su pequeña miseria personal y que ha devenido cínico a consecuencia de la política. Cuando la gente vota lo hace cínicamente. No creen en el programa que les es presentado, pero consideran que X o Y es un mal menor a lo que fue Z en el período anterior

La democracia es imposible sin una pasión democrática, pasión por la libertad de uno y de todos, pasión por los asuntos comunes que devienen, precisamente, los asuntos personales de cada uno

 

El progreso es una significación imaginaria esencialmente capitalista. Si consideramos la situación actual, no de crisis sino de deterioro de las sociedades occidentales, nos encontramos frente a una antinomia de primera magnitud: lo que se requiere es inmenso y los seres están lejos de alcanzarlo. Tomado en cuenta la crisis económica, la extrema desigualdad del reparto de las riquezas, la imposibilidad de que el sistema continúe igual en su curso presente, lo que se requiere es una nueva creación imaginaria de una importancia sinigual en el pasado, una creación que ubicaría en el centro de la vida humana otras significaciones que no fueran la expansión de la producción o el consumo, que plantearía objetivos de vida distintos que pudieran ser reconocidos por los seres humanos como algo que realmente valiera la pena. Exigiría una reorganización de las instituciones sociales, de las relaciones de trabajo, de las relaciones económicas, políticas y culturales

La imaginación provee los elementos que constituyen el contenido de la reflexión. Son las figuras que permiten lo pensable. Uniendo la imaginación creadora con la pasión, con la pasión en el sentido del pensamiento como interrogación ilimitada, se llega a una interrogación que no puede detenerse. Debe hablarse de pasión cuando un objeto de placer se transforma en objeto de necesidad. El pensamiento es la pasión, su objeto, es la búsqueda misma. No es saber, sabiduría adquirida de una vez y para siempre, sino amor, eros del saber

La creación es pensada como inmotivada, pero condicionada. No es ni cum nihilo ni in nihilo, o sea, es a partir del abismo del ser, de modo inmotivado, pero es del modo condicionado por lo que es, como surgirán nuevas formas. La forma creada es irreductible a lo ya existente y no se la puede recomponer a partir de éste. Es ex nihilo en este sentido. Ese caos originario es inaccesible

La lógica de los magmas plantea la creación como surgimiento de nuevas determinaciones. No todo está ligado, no todo es entendible, siempre hay un resto que escapa a la formalización. La obra de Castoriadis es al modo de un magma, se encuentra estratificada en dominios que obedecen a diferentes lógicas y, al mismo tiempo, cada uno de estos dominios se apoya de un modo no regular en los otros y éstos lo hacen en él. Se comunica, entre sí a través de conductos por los que circula la imaginación creadora. Esta lógica suministra los medios para pensar de una manera diferente que la de una alternativa excluyente y estéril. Su objetivo es de oposición al predominio de una lógica del entendimiento. Lo magmático es solidario de la heterogeneidad, sea en el ser, en la psique, en la sociedad, en el dominio mismo del pensamiento

La historia humana es creación, lo que significa que lo instituido de la sociedad es siempre auto instituido, pero auto instituido que no sabe que lo es. La historia es creación y cada forma de sociedad es una creación particular. Es Institución imaginaria de la sociedad porque esta creación es obra del imaginario colectivo autónomo. La creación social es infinitamente más amplia ya que es cada vez creación de un mundo, el mundo propio de esa sociedad y entre las creaciones de la historia humana hay una que es singular, la que permite a la sociedad cuestionarse a sí misma, creación de la idea de autonomía, de retorno reflexivo sobre sí misma, de crítica y auto crítica

El proyecto de autonomía es una búsqueda constante de la auto institución explícita y lúcida de la sociedad. En las sociedades contemporáneas se vive una libertad a medias sin dirección, casi un libertinaje, un conformismo con atavíos de individualismo, una adaptación ligera, que es lo mismo que una aceptación sumisa e inconsciente que se caracteriza por el repliegue a la esfera de lo privado, por una idea de democracia que se asimila a un ejercicio sin apertura a la necesidad de interrogar la finalidad de la vida cotidiana. Las significaciones imaginarias sociales se diluyen sin cuestionamiento ni creación, creación, por tanto, al mismo tiempo de la democracia y de la filosofía, porque al mismo tiempo que el filósofo no acepta ningún límite exterior para su pensamiento, la democracia no reconoce límites exteriores de su poder instituyente. Sus únicos límites resultan de su autolimitación

La sociedad ha entrado en el pasadizo sombrío de la ineficacia y sin luz aparente al final del túnel. Ha agotado la eficacia de la asimilación mutua entre el proyecto de autonomía y el proyecto de expansión y dominación ilimitada de producción y consumo sin restricciones. Así se da hoy una incapacidad de la forma social - de sus instituciones - una crisis profunda en la desintegración de los factores de vinculación – que resulta en un déficit para generar individuos que sean capaces de hacerla funcionar


Lo única que avanza es la in-significancia, la crisis de sentido colectivo e individual. Las crisis que son producto de esa indisoluble relación entre lo psíquico y lo histórico-social

Los individuos con sus historias, sus peculiaridades, sus pasiones surgen desde el caos indomable del inconsciente que sostiene la actividad creadora como propia del colectivo anónimo y desde las significaciones imaginarias que se concretizan en las instituciones sociales

En el plano colectivo, la crisis no puede obviar la distancia entre autonomía y heteronomía. Esta última supone la clausura del significado. Las instituciones y el poder que de ella se deriva son considerados como extra-sociales, como si se diferenciaran de lo que hacemos. Son incuestionables y dadas de antemano. La autonomía, en cambio, que implica la apertura del significado se caracteriza por la concepción explícita de las instituciones como creaciones humanas abiertas a un permanente cuestionamiento y transformación

 

Lo que no se puede saber es si todo basta para revertir la situación, pero lo que es seguro es que los que tienen  conciencia de la gravedad de la situación deben hacer todo lo que está a su alcance, ya sea con la palabra, con lo escrito, o simplemente con su actitud en el sitio que ocupa para que la gente despierte de su letargo contemporáneo y comience a actuar en el sentido de la libertad

 

Pero algo es seguro, no va a ser corriendo detrás de lo que se usa y se dice, ni callando lo que pensamos o queremos, como vamos a aumentar nuestras posibilidades de libertad. No es lo que existe, sino lo que podría y debería existir, lo que necesita de nosotros

 

 

Esta orientación está extremadamente apartada de lo que piensa y quizá de lo que desean los contemporáneos. Tremenda dificultad la que enfrentamos. Esto no solo es necesario para evitar la destrucción, es indispensable

 

Hay tramas de sentido, más allá del sentido, zonas aéreas donde se cruzan los hilos silenciosos de los pensadores que coinciden y se anudan debajo de lo que escribimos, y es, a veces allí, donde nos damos cuenta que, a pesar de sus diferencias, los une una verdadera comunidad de ideas  

Y de que no estamos solos

 

 

Setiembre 8 de 2021