el pozo del tiempo
torbellino de
una memoria confusa
un caleidoscopio que juega con el demonio errático del polvo del olvido
con las volátiles
historias cotidianas estallando como velos que se desgarran en
hilos y más
hilos que vuelan impertinentes sin alcanzar la palabra
solo la
memoria de un grito mudo apasionado
de un pasado sin
voz
arde tras un
manto de cenizas que guarda en secreto sus vestigios
la desnudez la
savia el gesto del instinto
de una tierra
recién parida a cielo abierto
de un silencio
visceral
y el hontanar
envía su emisario de fantasmas en busca de la ausencia
la máxima nada de lo humano
recipiente
vacío donde yace esa parte de las brasas que aún respira
esa
exuberancia entre el fragor de un relámpago absoluto y el más mínimo atisbo
mineral