cualquier
incidente de la vida puede provocar un fluir de sensaciones
que viven
calladas sostenidas en el tiempo
y cuando menos
se lo piensa el azar que no se rinde
nos las
trae
el asombro
irrumpe inesperado en la memoria como un relámpago en un estado de penumbra
y no sabemos
si llamarlo recuerdo o revelación
o violencia
intempestiva de lo que se desconoce
o simplemente
recordar que en las cosas humanas hay un silencio de sentido
encerrados en
una realidad felizmente inacabada
cada gesto es
una conjetura
un vacío salvador
que nos rescata de la asfixia
una queja
enmascarada al rehuso de los dioses
pura errancia
investida de cotidianidad
una pizca de
lucidez atraviesa por momentos la existencia
cuando un
instante real desgarra la piel de la apariencia
y la vida como
estorbo se vuelve una conciencia extrema de lo impalpable
una hendidura
donde el alma se cuestiona
Noviembre 2 de
2021