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424 - El Contador de cartas. Paul Schrader. El director de los tiempos oscuros
Otra vez Paul Schrader rescribiendo la misma historia al modo de un pintor que utiliza una paleta con los mismos colores, pero en distinta proporción, logrando diversos matices cada vez.


El pecado, la culpa, el remordimiento, el sacrificio y la redención o su falta significativa o su presencia reprimida, están presentes en casi todas sus películas como pilares del alma de sus personajes que los conforman totalmente y que son el motor de la historia. Puede ser un gigoló, un reverendo, o un contador de cartas como en este film. Los escenarios van pautando los diferentes presentes que acarrean el pasado de los protagonistas, en éste en especial, la culpa y el remordimiento pesan demasiado y hacen que el personaje se aferre al póker como si fuera un mantra salvador, además de ser la fuente de su sustento, viviendo un perfil lo más bajo posible para evitar ser descubierto

El lugar que habita, una habitación del motel que le toca según donde esté, es un ámbito que parece negar la existencia de nada más que él mismo y un diario en el que escribe su vida hasta ahora secreta, igual que el reverendo hacía en First reformed y donde desnuda ese silencio que guarda durante el día. Ese cuarto – una cita directa de la de Ethan Hawke en el film citado -  parece ser la propia producción de esa cita y su propia puesta en escena: íntegramente neutralizado, forrado en lienzos blancos y sogas para atar  que casi ocupan todo el lugar de su valija, incluso despojadas las mismas  paredes de todo ornamento, blancas, potenciando la falta de indicios 

Hay una intención de remitir a su cuarto de presidiario en otra cita muda, y esta es una marca de la puesta que revela que no importa donde esté Will, su vida transcurre clausurada en un cerco que él mismo se ha impuesto, como la de un penitente, llevando una vida monástica concentrado en su diario, y que solo contrasta con los ámbitos que frecuenta para jugar sus cartas, una especie de ir y venir largamente repetido y sin variantes: sus acciones se sostienen con esa repetición como un rito, una especie de rutina ascética,  donde él circula y que revela que ha decidido dar la espalda a todo lo que no sea su expiación, hasta que…siempre hay un “hasta que” en los films de Schrader, un hueco por donde la adversidad camuflada hace su entrada para probarlo

El “hasta que” lo encarna Cirk - Tye Sheridan – que lo retrotrae a la vida que no quisiera recordar con una propuesta que involucra al Mayor retirado Gordo, y que Will Tell, un alias de William Tilich, el Guillermo Tel y la manzana, un claro comentario quizá demasiado obvio - rechaza en un principio porque la considera una mala idea algo que no le hará ningún bien a Tye: la venganza y el asesinato y, además porque tiene cuentas pendientes con el mismo Gordo. Hay una escena con un ángulo extraño(detalle) donde vemos a Will y a Gordo practicando el salvajismo y los horrores de las torturas en la cárcel Abu Ghraib de Irak. (Según explicó Schrader en una entrevista, la intención fue hacer dar la impresión de entrar en un escenario virtual pero hubo problemas técnicos ya que el reproductor no lo admitía. Así esa secuencia aparece extrañamente distorsionada 

Desde aquí, Will será un trapecista en el aire

De todas formas, se convierte en una especie de consejero que Tye no recibe con mucho entusiasmo, y decide ganar más dinero para darle otra oportunidad en la vida, y en esto talla La Linda (Tiffany Haddish) que lo ayuda a ganar más. Pero su buena intención acaba empedrando su propio infierno, o lo que es lo mismo, el inicio de la travesía hacia su redención que nunca llega sin ese abisal pasaje, el que se menciona cifradamente en las palabras de Julian a Michele en American Gigolo: “el largo camino que tuve que recorrer para llegar a ti”, en ese film con Richard Gere y Lauren Hutton, todo un clásico, cuyo final remite a El carterista de Bresson, director pasión de Schrader y donde el sacrificio y la redención se dan la mano con el amor porque la redención es el acto de amor más grande que puede existir, la negación del propio yo

Si se recorre la filmografía de Schrader, podemos notar un cuidado esmerado en la puesta, por ejemplo en American Gigolo con esa estética donde reinan los brillos y el neón pero apaciguados, difuminados, quizá un comentario de la misma puesta que pone de relieve que no importa dónde ni quién, todos pueden ser capaces de alcanzar la redención. En este film La Linda es quien replica a Michele y visita a Will en la cárcel y cumple la escena ritual de la cita por tercera vez

En The Comfort of strangers la puesta remite al preciosismo de una Venecia via Visconti y en la increíble Affliction el escenario árido y agreste transmite las pasiones de odio de las relaciones vinculares entre padre e hijo con el gran Nick Nolte y el no menos grande james Coburn, y en el medio, Willem Dafoe

En El Contador de cartas predominan los tonos oscuros, grises y amarronados como la misma vestimenta de Will que no destaca, se funde con el ambiente. Su rostro realmente responde a lo que llaman “cara de póker”, su expresión entre seria y reflexiva, como ajena al lugar donde se encuentra, recuerda y mucho, al Al Pacino de El Padrino, sobre todo en El año más violento. Oscar Isaac, un actor que sin hacer nada llega, transmite y en este film en especial se acentúa su parquedad: solo lo necesario y si es posible, menos, un dilecto discípulo de Wittgenstein. Los hermanos Coen saben elegir a sus actores - inolvidable en Inside Llewyn Davis

Todo el elenco actúa con lo mínimo, una especie de coro en sordina que alerta y prepara lo inevitable. El film parece lento como si el tiempo no pasara, todos son interiores, la cárcel, el motel, los casinos. El exterior aparece con Tye, donde la vida de Will parece abrirse y encontrar sentido. La lentitud de la puesta es un recurso que utiliza Schrader al que llama “el bisturí del aburrimiento” y lo practica con toda alevosía, es una forma de dar tiempo vacío para” revolverse en el asiento” y pensar

¿La película es oscura o los tiempo son oscuros?


Ficha técnica     

        Dirección y Guión: Paul Schrader

     Productor Ejecutivo: Martin Scorsese

                   Producción: Estados unidos, Reino Unido, China

                     Fotografía: Alexander Dynan

                        Montaje:  Benjamín Rodríguez jr.

                         Música : Robert Levon Been del grupo

                                         Black Rebel Motorcycle Club

                        Reparto: Oscar Isaac, Willem Dafoe, Tye                                                         Sheridan, Tiffany Haddish

                                Año: 2021

        


Enero 23 de 2022