desplegar menu

452 - Esa "grandeza ausente"
La realidad – que siempre nos precede - permite bucear en el universo simbólico de la sociedad concebida como la matriz de todas nuestras relaciones. En el Hoy cotidiano habita una alienación que nos apaga la potencia de pensar y crear, el despliegue de los modos singulares de sentir, percibir y hacer


Es el escenario de las prácticas y estructuras sociales y de la reproducción simultánea del imaginario social, detectamos una tendencia repetitiva que se da cuando la cotidianidad ha sido colonizada por el sistema. Es una trama de tiempos y espacios que organiza los innumerables rituales que garantizan la existencia del orden construido a través de la tecnología, la economía, la publicidad y la política inextricablemente unidas. Su naturalidad y, como consecuencia, su invisibilidad, la protege de toda sospecha y así selecciona, combina, ordena el mundo de sentidos de la “norma-lidad” y desordena nuestra más profunda intimidad

Hay una franja de indeterminación que deja espacio a la improvisación para jugar con situaciones nuevas o para normalizar los discursos y las prácticas. Aquí es donde los poderes y actores sociales ¿podrían? librar la batalla simbólica por la definición del orden social y, bajo ciertas condiciones, puede pensarse como un espacio clandestino donde subvertir las reglas de los poderes. Suena a utopía o a un intento desesperado por encontrar de nuevo la desnudez humana, pero la cotidianidad sería el espacio posible para que se produzca el cambio social, aunque una profunda incertidumbre se cierna en este punto: Hoy la sociedad de consumo no es la que circulaba por las calles hace unos años, sino la ruta del espectáculo de todos los bienes ofrecidos al consumo: es la sociedad tecnologizada de consumo dirigido a los seres humanos prefabricados desde afuera por coacciones, estereotipos, modelos, ideología, pero que, paradójicamente, sienten que la conciencia los hace cada vez más autónomos, obra magna de la seducción algorítmica que imana el imaginario colectivo, imponiendo su racionalidad y moldeando las necesidades del ser humano que siente como si le crecieran alas de libertad, cuando en realidad lo que ha crecido es el conformismo, la aceptación y al mismo tiempo la gran renuncia a sí mismo. Vivimos sumergidos en el conformismo generalizado, en la servidumbre voluntaria de la adorable tecnología que nos sedujo con su magia y que desde al minuto de encontrarla, fuimos sus esclavos, no solo respecto al consumo, sino a la política, las ideas, la cultura: todo, porque nos conoce cada vez más y sabe que tecla tocar para conseguirnos

Y así se produce un quiasmo entre la conciencia dirigida desde afuera y la que se dirige a sí misma, ya que lo que aparece como interior no es más que el exterior camuflado, interiorizado y legitimado por el sistema imperante

La pérdida de la autonomía se pone también de relieve en el campo semántico. Si bien el inicio de la escritura representó un primer movimiento: el paso del símbolo al signo, connotando un empobrecimiento de la complejidad indeterminada que es propia del símbolo donde las formas de nombrar los reducen en su inconmensurabilidad, le sigue otro paso: el del signo a la señal que es la que organiza las conductas a seguir y su regularización. Este hecho implica el predominio sobre los sentidos, el monopolio de los condicionamientos en la vida cotidiana, emergiendo como secuela la pérdida de autonomía - mencionada más arriba - en suma, la miseria de lo cotidiano del ser humano, su entropía

La historia es creación. La institución de la sociedad es siempre auto instituida, pero auto instituida que no sabe que lo es, obra del imaginario colectivo anónimo

Toda esta crisis que afecta al planeta entero no está determinada por un agente único, sino que quienes la instrumentan conforman un sistema anónimo, una inmensa corriente social e histórica que avanza en la misma dirección y contribuye a que todo se vuelva insignificante, afirma Castoriadis. Es el ritual de lo efímero que todos respiramos juntos, una conspiració que provoca que toda crítica pierda su eficacia ya que todo está mediatizado, y la crítica en especial, está atrapada con más intensidad que años antes vinculadas por redes todopoderosas que disgregan cualquier discurso fuera de la unanimidad instaurada

Todo disenso es convertido en un fenómeno más entre otros, comercializado y fetichizado. Cualquier objeto es investido de valores imaginarios. Las gentes perdieron el rumbo a causa del deterioro, del desgaste absoluto de, justamente, las significaciones imaginarias sociales convenientemente mediatizadas por el poder tecnológico, y el progreso al que aspiran es otra significación imaginaria esencialmente capitalista que logró atraparnos

Lo gravísimo de la corrupción generalizada que observamos a diario en el sistema político económico contemporáneo no es un comentario al margen, es mucho más que eso, es estructural, al decir de Castoriadis

La vida cotidiana está atravesada por esas fuerzas rutinarias, con sus caminos y tiempos fragmentarios, pero también por devenires y fugas, Lo cotidiano está en construcción, así, Deleuze

 La vida debe circular y para que devenga, hay que poner en movimiento el territorio, emprender las líneas de fuga, desterritorializar, convertirse en nómade,    no en exiliado. Nómade no es el que debe abandonar el territorio sino el que se mueve continuamente porque no quiere abandonarlo

 

Michel De Certau decía al respecto sobre como las gentes frustraban las leyes y prácticas impuestas por los conquistadores ya sea por fuerza o por seducción

hacían algo diferente con ellas, las subvertían desde dentro, no al rechazarlas o transformarlas (aunque eso también acontecía), sino mediante cien maneras de emplearlas al servicio de las reglas, costumbres o convicciones ajenas a la colonización de la que no podían huir. Metaforizaban el orden dominante: lo hacían funcionar en otro registro. Permanecían diferentes en el interior del sistema que asimilaban y que los asimilaba exteriormente. Lo desviaron sin abandonarlo

 

La inversión de perspectivas sustituye el conocimiento por la praxis, la esperanza por la libertad, la mediación por la voluntad de lo inmediato. Invertir la perspectiva es dejar de ver con los ojos de la comunidad, de la ideología, de la familia, de los demás. Es elegirse como punto de partida y centro. Fundarlo todo sobre la subjetividad y ser. El juego en el que entramos es el de nuestra creatividad, y sus reglas se oponen radicalmente a las reglas y leyes de nuestra sociedad prefabricada, una transformación que luego será compartida

 

El claroscuro ordinario, la insignificancia de lo cotidiano … supone una grandeza ausente, perdida…o distante

 

Estas líneas de Nancy dan en el centro de todo este panorama de cenizas de nuestra sociedad que ha extraviado, simplemente, su ser, su libertad, la experiencia de su libertad, y se ufana de su “autonomía” entregada por el deus ex machina tecnológico, sin percibir que es justamente un canje por su libertad

La autonomía es para el iluso individuo contemporáneo la libertad misma y la facilidad de alcanzarla en cualquier momento, pero La trascendencia de la libertad es la trascendencia de la finitud, la libertad misma, la libertad absoluta de ser

Sigamos con Nancy,

La libertad es de tal género que cada uno debe más bien encontrarla y experimentarla por sí mismo. Como la unión del alma y el cuerpo: la libertad se prueba probándose. Es lo trascendental de la experiencia, es decir, que la experiencia es

Experimento que yo soy en la experiencia de mí mismo - afirmación de mi existencia, carne de un ser singular en el mundo. Estar expuesto quiere decir ser sorprendido por la libertad de existir y, también estar entregado al riesgo de existir. Ella nos pone en presencia los unos de los otros, es decir de nuestra libertad, experiencia común de la exposición en la que la comunidad se funda, pero que se funda tan solo por medio y para una resistencia infinita a toda apropiación, colectiva o individual

Libertad de hacer, de actuar, libertad como esencia que realizar o como naturaleza dada, libertad responsable y responsabilidad hacia la libertad, libertad como derecho o poder, autodeterminación, libre arbitrio, reconocimiento de la ley común, libertad individual o colectiva, libertades civiles, económicas, políticas sociales, culturales, asunción de la necesidad, anarquía, libertad libertina o libertaria, liberalidad, libertad de movimientos, libertad de espíritus, extremo libre de una cuerda o de una cadena, nada de esto debe salir del campo de nuestra atención, pero tampoco nada de esto conviene a lo que está ahí en juego bajo el nombre de libertad

Las gentes revientan de hambre, de droga, de guerra, de aburrimiento, de trabajo, de odio, de revueltas, de revoluciones. Estallan, son mutilados, en vida, alma y cuerpo. Todas las liberaciones – nacionales, sociales, morales, sexuales, estéticas, son ambiguas, dependen también de manipulaciones - y, sin embargo, cada una tiene su verdad. La verdad manipulada (por los poderes, por el capital) ése podría ser el título de medio siglo. Pensar la libertad debería querer decir: sustraerla a las manipulaciones, incluidas y sobre todo las del pensamiento

La democracia es, cada vez menos, el blanco de críticas o de agresiones externas, pero es cada vez más víctima de sus críticas y sus desencantos internos. O bien: fuerzas de efectos incalculables – nucleares, físicas, químicas, genéticas – están actuando, o se han desencadenado, todo lo cual remite a la pregunta qué quiere decir hoy “pensar la libertad”. Eso quiere decir que todos los pensamientos que hemos recibido acerca de la libertad en todos sus marcos sistemáticos son, o bien ellos mismos operatorios en las prácticas menos liberadoras de este mundo pavoroso y desencantado, o bien constantemente vueltas obsoletas por él. Las libertades son también piezas de la técnica. Es por eso por lo que es irrisorio contentarse con reafirmar, de acuerdo con el modo de una filosofía de los valores, un valor absoluto de la libertad

No hay experiencia de libertad, es la libertad misma la que es experiencia

La esencia del ser está en su existencia. La libertad no puede ser ni esencial ni existencial porque está implicada en el quiasmo de estos conceptos

La libertad es todo, salvo una idea, es un hecho, el hecho de la existencia en tanto esencia de ella misma. La existencia en tanto que su propia esencia es la singularidad del ser. La cuestión del ser, del sentido del ser no tiene en definitiva otro sentido que éste, el reconocimiento de la libertad del ser en su singularidad

No se trata de defender la libertad del hombre como un bien cuya propiedad y posesión se podría asegurar y cuya virtud sería permitirle ser lo que es, sino ofrecer al hombre a una libertad de ser, se trata de presentar la humanidad del hombre (su esencia) a una libertad en cuanto ser por medio de la cual la existencia trasciende absoluta y resueltamente, es decir, ex –iste

Solo un ente finito puede ser libre (un existente) pues el ente infinito encierra la necesidad de su libertad, la vuelve a encerrar en su ser. Se trata de dejar a la libertad existir por sí misma. La libertad no designa quizá nada más pero tampoco nada menos que la existencia misma, significa la libertad del ser, la infinita inesencialidad de su ser -finito, que lo entrega a la singularidad en la que es sí - mismo

Junto con la resistencia del pensamiento, ahí debe estar igualmente su esperanza, que no es la expectativa de que las cosas acaben por ir bien, ni menos, que se interpreten como buenas, sino que es aquello que en el pensamiento y desde el pensamiento debe darse simplemente para poder pensar, tender a pensar hacia una liberación como hacia la realidad misma de la existencia que está por pensar. A falta de lo cual pensar no tendría ningún sentido

Pero la esperanza en cuanto virtud del pensamiento no desmiente absolutamente que hoy, más que nunca, en el seno de un mundo abrumado de dureza, de violencia, el pensamiento se vea confrontado con su propia impotencia

El pensamiento no puede pensarse a sí mismo como un actuar si no comprende ese “actuar” al mismo tiempo como un “sufrir”

El pensamiento libre que piensa la libertad, debe saberse a sí mismo desorientado, perdido, y desde el punto de vista de la acción, deshecha por la tenacidad del mal intolerable. Debe saberse empujada a su límite, que es el de la impotencia material despiadada de todo discurso, pero que es también donde el pensamiento, para ser el mismo, se divorcia en sí de todo discurso y se expone en tanto que pasión. En esta pasión, a través de ella y antes de toda acción - pero también presta a todo compromiso – la libertad actúa


Junio 26 de 2022

 

 

 

.