criaturas
ávidas somos
retornos
fugaces del azaroso plegarse y desplegarse de existir
atadas a
un presente ineludible en una geografía borroneada donde alguna vez vislumbramos
el mundo entero como nuestro
pero se
sospecha que la agonía de las tardes suele guardar una parte de un mundo que no
vemos
donde todo
está naciendo todo el tiempo desde el corazón oculto de las cosas
vivimos el
dolor de una realidad que ha dejado de pertenecernos
negadora del
Azar
y un tejido
fantasmático de signos ha tomado su lugar
el ser
humano está ausente
padece sin
saberlo la extraña fatiga de no ser del todo
hay seres
ardientes de un fuego que se enciende raras veces
de una
áspera pasión de estar sin estar
intensidades
donde hallar umbrales
abismos donde
lo visible y lo invisible se convocan
frente a
la inmensidad de una tierra quieta el alma se siente en comunión
la mirada
se estira hacia la ausencia de horizonte
borde de
silencio donde el todo se abraza con la nada
donde es posible
la perplejidad de la inocencia
pero hay
la tierra como una herida abierta
tierra de
exilio intersticio donde acaece la vida
la noche que cada uno es
esquirlas de oscuridad
Agosto 5 de 2022