saber es un amar
las palabras de puntas filosas que horadan la certeza de los seres en sus
propios laberintos
no el borroneo
de la vida en los discursos que la pierden
arrasados de
interpretaciones tratamos de alcanzar el día mientras
la poesía cae
desde la inutilidad de su desciframiento en un campo de flores al abrirse
ebria de
enigmas en un silencio quedo
un canto de
sirenas espesa el aire
almas
adormiladas corren tras sus hatos de ilusiones
tiempos
perdidos cuando no hay nadie bajo el perfume de los árboles desvanecidos de
espera y un cuaderno de poemas perdido a merced del viento
somos una
mirada deseante que busca incansablemente otra imagen en nosotros sin nosotros
la huella de un sentido que no es
más que la borradura de la evidencia de la desnudez primera
- un vano intento de tirar del velo de lo
inexplicable -
nos salimos
del camino bajo un cielo tapado de nubes
la contingencia
nos conduce irremediablemente hacia el territorio de lo incierto
un intersticio
donde la nada se sostiene en su misterio
y pisamos la
Tierra en trance sin pensamiento solo en acto
una invitación
a la ingravidez donde intentar capturar el acontecer