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476 - Un cuerpo vivo
Frente al predominio de la razón, es necesario destacar los discursos plurales e ininterrumpidos de los cuerpos. Todo es cuerpo: el yo es cuerpo, el alma es cuerpo, el espíritu es cuerpo, es decir, el lugar de una pluralidad viviente


Así, frente al soliloquio de la razón subrayamos la genealogía de los cuerpos: un modo de componer relatos, de hacer historia, de crear nuestras ficciones, que no repose sobre lo absoluto sino en la contingencia de lo terreno, de lo finito

Lentamente, el sujeto fue adquiriendo dimensiones cada vez más decisivas, sobre todo referidas al concepto de individuo, al sujeto como autorreferente de todo. Al respecto dice Merleau-Ponty que el análisis reflexivo ignora el problema del otro, así como el del mundo; de esta manera, todo condujo a un universo de objetos puestos a disposición de un sujeto. Tanto las explicaciones científicas como las reflexiones intelectuales configuraron un sujeto que construye el objeto en lugar de vivirlo rechazando de plano toda inmediatez de la relación con el mundo. Esta es la condición desencarnada del sujeto que nuestro tiempo sigue proponiendo ya que prescinde de lo que realmente nos llevaría a admitir al otro, el cuerpo. Se da, por tanto, una pauperización del fenómeno primordial del cuerpo vivido

Así, sería necesario desestimar el hábito de construir grandes relatos centralizados y cerrados en un dogma, para dejar que emerjan las fisuras, las discontinuidades, la posibilidad de la ruptura, y de que aquello que surja como irreconciliable remita a la construcción de una mirada renovada y transgresora desde la periferia

De esta manera se recuperaría la diversidad de lo corpóreo, del cuerpo como hilo conductor y la razón se inmunizaría frente a la pluralidad de los cuerpos

Nietzsche reposiciona el cuerpo como centro gravitante de su pensamiento

El cuerpo es una gran razón, una pluralidad dotada de un único sentido, una guerra y una paz, un rebaño y un pastor. Instrumento de tu cuerpo es también tu pequeña razón, a la que llamas “espíritu”, un pequeño instrumento y un pequeño juguete de su gran razón, Dices “yo” y estás orgulloso de esa palabra. Pero una cosa más grande aun en la que tú no quieres creer – tu cuerpo y su gran razón: esa no dice yo, pero hace yo

Así, cuerpo y yo, cuerpo y razón, cuerpo y espíritu, ya no componen un dualismo, sino que pasan a ser considerados como una unidad. Es el cuerpo como una gran razón, el que provoca la aparición del yo, el espíritu o el alma, y así, desde esta perspectiva el yo no es distinto del cuerpo sino uno de los modos de plasmar dicha corporalidad, de tal manera que el que está despierto puede afirmar, cuerpo soy yo íntegramente

Así, el cuerpo nos lleva a reflexionar sobre la conexión entre el yo, el alma, la razón, la corporalidad, pues desde esta mirada ya no se oponen, y frente a un cuerpo que ha sido depreciado, pauperizado, Nietzsche le devolverá al cuerpo su papel preponderante

Detrás de tus pensamientos y sentimientos se encuentra un soberano poderoso, un sabio desconocido – llámase sí-mismo. En tu cuerpo habita, es tu cuerpo

El cuerpo es el gran soberano, el que se creó para sí el espíritu como una mano de su voluntad

Hay pensadores - Merleau-Ponty es uno de ellos, Nietzsche la gran firma del siglo XX, otro, que relacionamos aquí – que han dejado lo que podemos llamar “herencia”: lo impensado que espera como suspenso de la escritura, como algo jamás pensado aún, que quiebra los signos ya codificados, y que irrumpe a través de la obra aguardando al filo del leguaje, rozando los bordes de lo ya adquirido, lo que ya es historia, eso es lo que induce a que una obra sea considerada grande

Para Merleau-Ponty, el escritor trata de producir un sistema de signos que restaure, gracias a su ordenamiento interno, el paisaje de una experiencia. Esta idea se insilia en toda expresión, y no es ni más - ni menos que el esfuerzo por poner en palabras el silencio hablante de las cosas: la función conquistadora de la palabra

Esta verdad que se manifiesta en el lenguaje “conquistador” se halla siempre en los entresijos del mundo vivido, por lo que el arte de escribir consistirá en revelar dicho mundo ya que se perfila como el modo universal de contacto con los otros y las cosas. M-Ponty         encontraba en el lenguaje literario una vocación primaria por la verdad y su expresión, y consideraba que tenía como objeto una vocación de verdad: transformar en lenguaje universal el mundo vivido

Pero, estamos ya comprometidos con el mundo y ese estar en el mundo del cuerpo propio busca expresar esa situación, y la palabra conquistadora aparece como la herramienta principal para vehiculizar esa expresión. La palabra es el fundamento que propone nuestro autor para explicar la reconversión del silencio en lenguaje, para dar cuenta de la sublimación de la experiencia del mundo de la percepción en el mundo de la expresión

La palabra tendrá por función tomar por tema esa aparición del mundo en la trascendencia, esa estructura perspectiva-realidad, esa presencia en la perspectiva justamente de la realidad…esa presentación lateral, que es la garantía de totalidad situada más allá de ella – todo eso reposando sobre nuestra encarnación en un punto de vista (sin el que no habría perspectiva alguna) sobre nuestra espacialidad

 

La búsqueda de un lenguaje de silencio, de un suelo de la expresión lingüística, nos conduce a la dimensión ontológica de nuestra existencia cuyo concepto central sería el de la carne, el del cuerpo; así, las ideas encarnadas o sensibles serían nociones sin equivalente, insustituibles por una expresión conceptual, por eso, el único acceso a una expresión conceptual es una experiencia carnal cuyos ejemplos más claros son las significaciones vehiculadas por los signos del arte. Así, la carne se plasma como bisagra entre ambos mundos y como la puerta que conecta la percepción y el lenguaje: la textura de la experiencia, su estilo, mudo al principio, proferido después. La percepción y el lenguaje proceden de un origen común que se encuentra en la esencia, aquello sin lo cual no habría mundo ni lenguaje, ni cosa alguna

En otras palabras, la esencia es el sentido tanto de lo percibido como de lo hablado y lo pensado, es decir, existe una unidad común que sustenta el sentido de mi pensamiento y mi lenguaje y el sentido del mundo, sentido que no duplico ni copio, sino que despliego

La esencia se encuentra sostenida por el tejido de la experiencia, en esa región salvaje donde las ideas se articulan. Toda ideación es sostenida por el árbol de mi duración y las duraciones; esa savia ignorada nutre la transparencia de la idea

La esencia no se halla ni encima ni debajo de las apariencias, sino incrustada en la carne del mundo, y, a su vez, con la carne de mi cuerpo. Así, la carne sería la condición de posibilidad de la comunicación de la experiencia

La esencia está enraizada en los hechos y el sentido perceptivo que está allí prisionero puede ser liberado y exaltado en el lenguaje y en el pensamiento.

Nuestro autor se propuso acabar con el pensamiento dualista que instaló la polaridad cuerpo-espíritu y, en consecuencia, afirmó

Hay un cuerpo del espíritu y un espíritu del cuerpo, y un quiasmo entre ellos (quiasmo, intercambio de lo que percibe con lo percibido) no puedo plantear un único sensible sino como arrancado de mi carne, extraído de mi carne, y mi carne es uno de los sensibles en el cual se hace inscripción (o¿ podríamos decir “excripción” y así relacionar a nuestro pensador con Jean-Luc Nancy en este punto?) de todos los otros

Lo único esencial es entregarse con una mirada auténtica y plena hacia el interior. La verdad genuina está en el fondo, solo queda la abstracción de lo transitorio. El silencio funda la prosa del mundo, una profundidad secreta e inagotable con un centro incomprensible e inexpresable, una opacidad inaprensible que obstruye nuestra llegada a lo real

La percepción se corresponde con esa posesión del mundo en un pensamiento pre-reflexivo, un cógito intencional, pero no reflexivo, sino operante. Es un movimiento de relación con el mundo, pero no mediatizado por representaciones, es un tender a pleno de significación

En la comunicación originaria mis palabras me sorprenden a mí mismo y me enseñan mis pensamientos

 

El cuerpo es fundamentalmente un espacio expresivo, y la expresividad es la función primordial de la subjetividad corporal haciéndose lenguaje. Ese espacio va siendo conformado por esa intencionalidad corporal, esa percepción que no es personal o subjetiva ni tampoco interpersonal o intersubjetiva, sino que se da siempre al modo del “se” y se expresa sonando como lenguaje. Del yo natural vienen las intenciones que no son propias, no son reconocidas ni elegidas por un yo- sujeto, pero sí por un yo-cuerpo

Percibir y querer, así como imaginar, soñar, afirmar y negar, son funciones del cuerpo como carne del mundo. Para este pensador, la carne designa un tipo de ser que no tiene nombre en ninguna filosofía, ya que no es materia, no es espíritu, no es substancia. La carne es una cosa general a medio camino entre el individuo espacio-temporal y la idea. El mundo no es ajeno al cuerpo porque él es el mundo. No está en el mundo como si este fuera un espacio diferente de él que lo acoge y le permite ser, sino que el cuerpo es el mundo operando como conciencia y voluntad, el ser sí mismo es a la vez ser mundo: estamos presentes a nosotros mismos porque estamos presentes al mundo

La carne es la noción por medio de la cual Merleau-Ponty designa el tejido ontológico común que entreteje nuestro cuerpo, el del otro y las cosas del mundo, envolviéndolas en un horizonte de co-pertenencia en el interior del cual el sujeto y objeto aún no están constituidos. Por tanto, todo cuerpo y toda cosa no se da más que como diferencia en relación a otros

El cuerpo-carne percibe y es percibido, ve y es visto, quiere y es querido. La conciencia y la voluntad son procesos intencionales que traspasan al sujeto y lo constituyen de tal forma que no pueden prescindir de él, pero que van más allá de él en un proceso constitutivo a la vez del sujeto y el objeto

Es el permanente movimiento del cuerpo haciéndose cuerpo el que hace al mundo y viceversa. El cuerpo no es nada, sino que se va haciendo cuerpo en el dinamismo de su relación con el mundo. El mundo es inseparable del sujeto, el sujeto es un sujeto-cuerpo, nada más que proyecto de mundo, conciencia que se halla en acción en el mundo. Este yo- cuerpo que no es igual a otro me permite verme, intuirme, pensarme como yo-otro

El silencio, lo misterioso, lo invisible, tiene que ver con la posibilidad del ser humano, con una constitución de la espacialidad y una vivencia de la historia hechas cuerpo

 

                                  

                                           Octubre 18 de 2022