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486 - La voz del poema
La poesía es una de las formas de expresión más inveterada que bascula entre los siglos desde antaño como la palabra que evoca silenciosamente lo que significa: es el testigo de lo que se dice indirectamente en el discurso ya que lo socava desde el interior

 

Paul Valéry señala que el poeta, a diferencia de otros artistas, no dispone de un conjunto de medios hechos expresamente para su arte, solo el lenguaje, la opinión pública, ese arsenal de términos y de reglas tradicionales e irracionales, antojadizas, caprichosamente codificadas y muy diversamente entendidas. La creación se basa en el diálogo, en el disenso, en la confrontación con esas formas de lo social que arriban desde el imaginario colectivo. Y continúa, no hay físico que haya determinado las relaciones de esos elementos ni afinadores, ni metrónomos, ni constructores de gamas teóricas de la armonía. Por el contrario, solo hay fluctuaciones fonéticas y semánticas del vocabulario. Nada puro sino una mezcla de excitaciones auditivas y psíquicas perfectamente incoherentes. Cada palabra es una reunión instantánea de un sonido y un sentido que no tienen relación entre sí. Cada frase es un acto tan complejo que nadie hasta ahora ha podido dar una definición que se sostenga. Por eso el poeta se halla enfrentado con esta materia verbal, obligado a especular a un tiempo sobre el sonido y el sentido, a satisfacer no solo a la armonía, al período musical, sino también a condiciones intelectuales y estéticas

Lo cotidiano se va naturalizando a través de los días, y por ello acaba evaporando la sorpresa, el entusiasmo, se va esmerilando el asombro. Se cancela la mirada, e inadvertidamente se abraza el estado de inercia perceptiva, y allí nos perdemos en la vida y perdemos la vida.  El acostumbramiento a determinadas situaciones provoca irremediablemente que se invisibilicen. A partir de esta instancia se produce una ruptura con la mirada mecanizada responsable del uso frecuente y rutinario

El proceso de percepción que caracteriza al ser humano es un mecanismo automático. Tiende a percibir los objetos de la manera más simple modulando la realidad a través del lenguaje, sustituyendo la cosa nombrada por el nombre. Así, no vemos lo habitual, lo de todos los días, sino que lo reconocemos, y así aparece como escudo la noción de artificio que caracteriza a la lengua poética

Escribir poesía es, podría decirse, una aventura, un grito de autodeterminación y una búsqueda entre un decir irónico, cifrado, oscuro, y un decir manifiesto. Espacio lúdico de un lenguaje sin sosiego, que más oculta que revela, en donde todo puede coexistir con todo. Las artes no están fuera del mundo. Son un flujo ambulante del magma del imaginario social

Hubo y hay poetas y críticos que han querido “salvar” la poesía liberándola de su autorreferencialidad, y adjudicándole una función ética, como si fuera necesario añadirle al primer grito del mundo en el barro de la desnudez elementos políticos, jurídicos, religiosos, sociales y convertir ese lenguaje mistérico e inefable en un comentario, invadiendo el territorio del silencio y usurpando el gesto del artista. La obra, la poesía, dice, sin apelar a una representación que soporte lo que ingenuamente se pretende decir, y se extiende a lo largo y ancho de la vida toda, incluyendo las miserias e injusticias sociales sin necesidad de mencionarlas a toda voz. La acción subversiva de la poesía no se realiza por medio del trato directo de los temas transgresores como no necesita cantarle a la libertad - palabra envilecida por los impostores - pues justamente este hecho ha demostrado ser uno de los recursos más usados por quienes han propiciado y propician las distintas formas de esclavitud del mundo.

El estallido verdadero de la poesía está en ese dar a escuchar ese inaudible del íntegramente “prosa-poema”, borrado de todas las traducciones confesionales cualquiera sea la confesión, cualquiera sea la poetización

Quien respeta ese texto borra paradójicamente lo que constituye su fuerza, el ritmo como organizador del movimiento de la palabra, el continuo del cuerpo-lenguaje, del poema extendido al infinito del lenguaje

El problema es un problema poético, en el sentido de que, para entender y dar a entender el modo y la fuerza de decir, y no solo el significado de lo que está dicho, es necesario encontrar toda la serie del texto, el encadenamiento del todo-ritmo. La fuerza es portadora de sentido. El sentido, sin la fuerza, es el fantasma del lenguaje

El lenguaje útil emplea una lógica retórica que remite a la organización, exposición y articulación de las palabras y el ritmo, mientras que las imágenes utilizan una lógica estética que alude a la organización, articulación y presentación de lo sensible, de lo que no puedo expresarse en palabras. El flujo de la poesía estéticamente la excluiría de todo sistema conceptual fosilizado porque prefiere sentir y lo que se siente no es lo que se piensa

Escribir es escribir el poema que tenemos en la voz, es escucharnos La voz hace sujeto. Le hace sujeto. El sujeto se hace en y por su propia voz. Es al sujeto que se escucha, la voz es la del sujeto que pasa de sujeto en sujeto

La poesía es prosa, la prosa misma, la voz de la prosa, la prosa en acción y no en relato. La poesía es el lenguaje del hecho de consecuencias vivas. Es decir, la prosa pura en su tensión de transferencia que es la poesía

 

El lenguaje cotidiano automatizado que solo nos permite reconocer la realidad se opone al extrañamiento del lenguaje poético que ofrece una nueva percepción de los objetos. Estamos en el territorio de una ruptura inesperada con lo previsible con una intención estética que es la de dar una sensación del objeto como visión y no como reconocimiento a través de la singularización del mismo que consiste en oscurecer la apariencia y aumentar las dificultades de la percepción, de tal modo que se rompe con el estereotipo y se crea un objeto nuevo

La poesía es una potencia de desintegración hacia la asignificación de la lengua, el silencio. Es multiplicidad sin centro, ni ruta. Su tarea interminable consiste en tratar de romper el entramado de la lógica, de la comunicabilidad, de su contenido, de la obra como artificio semiótico que transmitiría algo ligado a la emoción tendiente a la homogeneización de los espíritus en una única dirección

Hoy, la función del arte es protegernos de todas esas reducciones lógicas y acercarnos al proceso que es el mundo, el arte de la fuga, la apertura total de eso que nos roza y se va, que suprime las jerarquías al aceptar la confluencia, la variación, la historicidad porque marcha en todas las direcciones que nadie puede discernir hasta haberlas empezado a recorrer

La creación parte del Azar y de la libertad que pasa por la indiferencia por los gustos, los hábitos, por el no tener propósitos ni objetivo. La poesía abre el camino a la libertad y desde allí irradia su carácter subversivo, se convierte en un instrumento de lucha en pro de la condición humana en consonancia con las propósitos y designios totales del hombre. Una creación que no pretende tomar el poder del mundo sino liberar la atención de los sentidos, descentrarla para desenfocar, deshauciar al cliché, al hábito, ceder a las exigencias de la poesía; romper las ataduras creadas por el mundo de las convenciones. La poesía manifiesta su verdadera acción subversiva al ofrecernos un universo en continua metamorfosis, en oposición al universo rígido que nos imponen los clichés y la opinión pública, el pensamiento homogeneizado. La imagen poética actúa como pulverizadora de ese mundo convencional, exhibiendo su fragilidad y su artificiosidad, y sustituyéndolo por otro vivo y vibrante

La poesía auténtica degrada a quienes aspiran a vivir en un medio apoltronado, pasivo, sin riesgos ya que ella nos conduce al misterio de lo real y nos revela la cifra del desconcierto ante la existencia    

La libertad habita la poesía ella misma en su manera propia de propalarse sin trabas; está implícita en el acto de creación, en la misma anarquía del espíritu donde se insilia la rebeldía y allí vive la experiencia milenaria de la especie, y se funda el vínculo real con el mundo a través de la única ruta que lleva al universo todo

El uso del lenguaje ordinario apela a implementar reglamentos que obligan a la normatividad del Estado y del Mercado como moduladores de las figuras que sostienen el orden instituido de las relaciones sociales. Mediante este tipo de lenguaje se pretende que nos ajustemos al cumplimiento de las obligaciones sociales que han sido construidas con ellas

Hoy la poesía trata de acercarse a lo que no es, a lo que difícilmente se puede decir: trasladar la escritura al silencio hasta la consecución del mismo y de cualquier representación donde las palabras desembocan más allá de su propio límite. El poeta está destinado a una relación conflictiva y trágica con el lenguaje porque su ambición es ir más allá de él y sí quiere decir, pero distinto

Mediante el discurso poético se puede trastornar, desordenar el lenguaje consolidado, las palabras que nombran. El poeta ansía lo innombrable, su sensibilidad, su misterio, y en esas tentativas ir escribiendo al fondo lo último, el silencio

Escribir es escuchar el poema que tenemos en la voz, escuchar la historia que tenemos en la voz. Escuchar la propia boca

Un poema es lo que deja escuchar todo lo que no se sabe que se escucha

La poesía es lo único rebelde ante la esperanza de la razón. Por ella hablan las sombras dice Zambrano.

 

 

 Diciembre 6 de 2022