el vaho de las calles trepa por los muros junto al denso rumor de las gentes que viven un paréntesis del vacío
inmolamos en el altar de lo obvio el espesor de nuestra ceguera
bebemos de todas las aguas de todos los ríos el alma evaporada de las cosas
incapaces de desenredar el silencio
mientras la vida respira en el rojo feroz de sus atardeceres olvidados
el mundo sigue haciéndose y deshaciéndose eternamente
-un encuentro de átomos en el que somos un instante en el devenir de polvo y sombras-
la nostalgia nos envuelve con las virutas de lo que anhelamos
enardeciendo los días de estos tiempos impiadosos
y nos deja varados los ojos bien abiertos tratando de capturar los intervalos por donde el pensamiento trastabilla en el destello de las apariencias
más allá de la verdad del fulgor
más allá del desencanto de eso que no vemos y terminamos por creer que vemos
lo imperceptible de la ausencia
por debajo de la Noche se oculta la verdad de la historia de la humanidad
pero solo el amanecer elige a quién contársela
Diciembre 30 de 2022