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548 - El pensamiento como experiencia de libertad

Hoy, un momento en que cada uno lanza la flecha al blanco del otro: una batalla

El sistema está atravesado por la esquizofrenia de las sociedades, esa multiplicidad de almas olvidadas de sí, entrenadas mediante el apostolado del mundo a través de racionalizaciones, ideologías e idealizaciones que formatean sus conciencias, una tecnología fundamentalmente “positiva” ya que su poder no es solamente aquello que frustra e imposibilita ser lo que se desea ser, sino que es un poder que obliga a ser de una manera ya moldeada y cuidadosamente planeada y elegida; y lo siniestro es, justamente, desear ser de esa manera

 

Ya no hay sentido del mundo, no hay posibilidad de asignarle una significación determinada, estamos delante del final del mundo del sentido, solo resta pensar nuestra relación con él entendido en su pluralidad. Si el mundo es el sentido tenemos que pensarlo a través de un pensamiento que es praxis del pensamiento

La exigencia de sentido es ella sola el sentido de su insurrección. Es preciso sostener el paso del pensamiento suspendido sobre es sentido que nos ha tocado. La continuidad lo es siempre de la incultura, de la “barbarie”, por eso es menester salir de las recetas, de las simplificaciones de lo ya conocido, y entregarnos a crear mundo, cultura, porque los mundos culturales han sido devastados. Es una tarea que tiene que surgir de la propia trama de la experiencia, del Azar, de lo inesperado, de la interrupción de la continuidad, de la libertad como sorpresa

 

El poder no solo reprime formas de vida inconvenientes sino que sobre todo se preocupa por configurar nuevas formas de vida que se adecúen a sus fines espurios. En consecuencia, se muestra permisivo con ciertas transgresiones estimulantes, pero, a contrapelo, impone transgresiones “políticamente correctas” para continuarse y repetirse ad infinitum Evita asfixiarnos y así perfora su perfil y se vuelve dadivoso para agradarnos, para que nos sintamos agradecidos y obviamente para que sigamos siendo útiles, convertidos en discos duros formateados de sus mandatos

 

Cuanto más obvios y naturales - esa pervertida naturalidad – sean los hechos y las cosas, mayores serán las razones para considerarlos problemáticos y es así como se lograría entender el cómo y el porqué algo ha llegado a ser una evidencia tan indudable e incuestionable, cómo ha pasado tan inadvertido y cómo ha logrado instalarse como a-problemático

 

La filosofía no consiste en descubrir lo que permanece oculto, sino en hacer visible lo que por estar demasiado visible y tan próximo, no percibimos

 

Las condiciones de una verdadera crítica y una verdadera creación son las mismas: la génesis del acto de pensar en el pensamiento mismo, y Hoy”, el pensamiento está urgido a pensar la inesperada sorpresa del surgir de la libertad

Este clima de considerar natural lo que no lo es, es sinónimo de opresión. Sigue la ruta de la ideología y lo que se asume como dado y natural es lo que beneficiaría la continuidad y repetición de lo Mismo, ya que si lo consideramos como natural, lo sacamos de contexto, lo deshistorializamos

Nada es natural, todas son construcciones histórico-políticas, ideológico-culturales. El lenguaje no revela lo real, no nace sobre un fondo de silencio, nace sobre el fondo del discurso que viene a ser un relato ficcional

Hay que repensar la instancia de lo natural, desapegarnos de ella porque sustrae lo más interesante de la historia: el cambio, la sorpresa, ese resto que permanece oculto en lo subterráneo y regresa de golpe para perturbar y conmover el tiempo actual que exige al pensamiento una vigilancia extrema

 

El saber humano siempre es la interpretación de un discurso por otro discurso, y si no hubiera qué interpretar repetiríamos siempre el mismo discurso. Todos son iguales de “verdaderos”, van suturando los huecos de sentido pero no son índices de verdad, solo tienen un “efecto de verdad”

 

Hoy impera la estrategia creadora de verdades e ilusiones, mientras que la verdad no se opone a la ilusión porque ésta se percibe como más verdadera. La verdad depende de una gramática del azar, no de la lógica desde la que se enuncian los discursos así como las formas de vida de las personas que las enuncian

 

No se trata de liberar la verdad de todo sistema de poder. Sería una falacia ya que la “verdad” es el Poder, es inherente a las formaciones discursivas de las relaciones mismas del poder de cada época. Se trata de desarticularla de las hegemonías sociales, económico-culturales porque hay una verdad, la del Poder y verdades múltiples que luchan contra ella

 

Todo pensamiento, incluido el escéptico, negativo, sombrío y desencantado, es un pensamiento que libera el existir de la existencia puesto que procede de ésta. Hoy, el pensamiento libre que piensa la libertad debe saberse a sí mismo desorientado, perdido, debe saberse empujado a su límite que es el de la impotencia material de todo discurso

 

Hay veces en que la libertad resulta fallida, y es cuando está sometida por principio a un pensamiento que se piensa como necesidad, como causalidad, y que provoca que la libertad quede asegurada, garantizada y por ende, anulada. Son libertades que marcan la condición humana pero no ponen en juego la existencia como lo que es: solo hay libertad cuando se la juega como tal, y esta no se reduce tampoco al libre albedrío. Lo fundamental de la libertad no es la libertad de elección, sí la decisión íntegra y total que responde a su más íntima necesidad

 

Por lo tanto, hay una libertad que define la condición humana y hay la libertad, la posibilidad de ser, el buscar lo que no somos para ser lo que somos. Es ese salto en el que la existencia se descubre como tal y este descubrimiento es el pensamiento, la experiencia del pensamiento, y lo que surge no constituye un sentido disponible en cuanto significación sino que es la abertura de un espacio nuevo para el sentido que lo puede hospedar. Esto remite a un tiempo que se abre en este momento, de una época a otra, en el pasar de la existencia que se sucede y se diferencia

 

No se trata de dar lo que se tiene - la libertad no tiene nada propio – sino de darse, que no es otra cosa que la singularidad, un poner la libertad en presencia de ella misma, “la alteridad constitutiva e irreductible que nos pone a los unos ante los otros”

 

Al hablar de libertad sabemos que es un término tan vapuleado, manipulado, usufructuado y en consecuencia, vaciado, que no se conquista o se defiende como un Bien del que podamos apropiarnos sino que se trata de ofrecerle al hombre una libertad en cuanto ser a través de la cual la existencia trasciende absolutamente, es decir, existe, es decir lo hace existir

La libertad es aquello de lo que el pensamiento es o hace experiencia y no aquello con lo que elabora una teoría, surge de nada, es de golpe, ella misma en el límite del pensamiento, la “ilimitación de la prodigalidad”

 

La libertad es inicial y es indispensable que sea así por ser libertad. No puede ser otorgada, solo cabe tomarla. Es eso lo que representa la tradición revolucionaria, pero tomarla quiere decir que la libertad se toma a sí misma

Nadie comienza a ser libre, es la libertad lo que es el comienzo y ello es sin fin el comienzo”

 

No hay libertad sino en el momento en que irrumpe en este pliegue del tiempo un algo que lo excede, y el acto libre es una especie de retorno en un instante al abismo primordial

 

El poder tiene un origen, la libertad, en cambio, es un comienzo, el inicio de ser

 

 

Setiembre 2 de 2023