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554 - La pasión ausente
La política aloja entre sus muros la cháchara consensuada de la mayoría de las “almas anémicas, puro sarpullido de intensidades espurias" Henri Bergson


 

Quien se compromete en una acción, también se compromete a sí mismo, se expone a un valor absoluto, la dignidad. Los fines proyectados deben estar desligados del fin último y de sí mismos sin suscribirlos como bienes apropiables

Si eso falta, es como borrarse en vida, dijo Nancy

Este mundo debería ser el predicado de quienes sean sus habitantes, una empresa humana, ya que un mundo no debe estar regido por valores sectarios sino por las evaluaciones de todos y cada uno

Aquello que merece ser compartido por toda la humanidad, presupone siempre por un lado un horizonte histórico, y por otro, la igualdad por encima o más allá de las identidades. Es el desafío que implica medirse con un individualismo en el que el repliegue de los individuos sobre sí mismos se apoya en una banalidad sin ambición de transformación, o bien, en una ansiedad que no llega a inquietud por la imposibilidad de participar en el desarrollo político y social de la realidad

La posibilidad misma de un futuro abierto en el que aún nos quede algún margen de intervención en lo real pasaría por la dimensión kairológica del tiempo: recomponer la dimensión temporal que impregna nuestras formas de vida, es decir, el tiempo del trabajo, el tiempo para el amor, el tiempo perdido y el ganado, sin olvidar el de la satisfacción y el de la lucha. Ir en busca de un espacio perdido conduce a repensar nuevos entrecruzamiento entre ese espacio y el tiempo, encontrar un punto de soldadura entre ambos

El espacio ya no es un simple reflejo pasivo de las verdades sociales sino su principal configuración. Hay un nexo inextricable entre la espacialidad y el Poder.

En una sociedad jerárquica no hay espacio que no esté jerarquizado al mismo tiempo que camuflado a través de un efecto de naturalidad

La sociedad nos impone sus innumerables exigencias a través de normas preestablecidas, un mapa de rutas cotidianas automatizadas que no quedaría más que seguir y repetir conforme a las expectativas del orden político, social, profesional. No se espera de nosotros más que acciones que se inserten en la trama prefijada. Nuestra libertad arrinconada reside en esos miles y miles de sentimientos, pensamientos, percepciones, cuya síntesis somos

La crisis de la democracia no es una simple crisis de representación sino una crisis que impregna completamente a la forma democrática tal como la heredamos de los últimos siglos y no hemos logrado liberarnos nunca de la oscilación pendular entre el elitismo y el neopopulismo mediático que no se funda sobre la construcción política del concepto de “pueblo” sino sobre su desestructuración y su reducción a la categoría de“audiencias”, formas de la mercancía por excelencia en la época de la industria cultural y el capital global, donde la pluralidad social sometida a la disociación radicaliza la experiencia de esa abstracción política no representable y es tomada por el mercado que, mediante el rating, se ofrece a la política como mediador

El único camino para superar el “síndrome del espectador”, o “lector”, es recolocar en el centro a la política como horizonte de sentido de la acción individual y colectiva y como nexo entre las formas de vida y nuestro ser en común

Una democracia eclipsada, despolitizada, sin pasión política, no solo carece de condiciones para enfrentar el problema de la creciente desigualdad sino que ni siquiera está en condiciones de producir una sociedad. La impronta de una historia así, universal, que tiene su tiempo de progreso asociado a una modernidad que se auto - percibe como el gran meta - relato de un mundo hegemónico- que se atribuye la prerrogativa de universalidad - invisibiliza las historias y los tiempos de las sociedades y grupos que encarnan otras historias y otros tiempos

Este sistema-mundo no es el punto de llegada del desencanto del mundo traído por el desarrollo tecnológico y la racionalidad administrativa, sino que, implica una nueva sensibilidad conformada a partir del abandono de las totalizaciones ideológicas, la desacralización de los principios políticos y la resignificación de la utopía como negociación, una otra construcción colectiva del orden

Estamos rodeados de olvido. A nivel social y cultural se siente como la no -necesidad de recordar, el total desinterés de revisar, de releer lo que está debajo de lo perdido. Se vive entre la inaceptabilidad del único mundo que habitamos y la provocación de lo que resta callado, impensado, sin repuesta

El acto libre adquiere densidad por todo un pasado que representa el alma entera; de allí emana la decisión libre. Es la totalidad íntegra de la historia de la persona, de sus sentimientos, emociones y aspiraciones . En cada sustancia hay huellas de todo lo que le ha sucedido

Hoy el “político” necesita tanto del saber jurídico administrativo como del comunicacional publicitario, así el espacio público, lugar por excelencia para la participación ciudadana, hoy se ha transformado en espacio publicitario, el partido en un medio de comunicación tendencioso que invalida cualquier intento de reubicar los medios y los fines. Esa ausencia de sentido en la política reenvía aún más allá, a la desaparición del nexo simbólico, que era capaz de constituir alteridad e identidad, y que hoy se evidencia en la acentuación del carácter abstracto y desencarnado de la relación social que puede comprobarse en la diferencia entre quienes se definían por sus convicciones y esa abstracción, la audiencia, a quien se dirige el “discurso político” en los variopintos programas al uso, exhibidos en todos los dispositivos, que busca aumentar puntos en las estadísticas electorales

El acto libre, al estar conformado, cargado por todas las emociones reprimidas, posee una dimensión política propia esencial más decisiva que toda “política”. Las emociones de las que está preñada nos hacen nacer a la política verdadera, permanecer en la lucha contra las maneras de habitar, ver, hablar y actuar, única condición que nos posibilita hacer nuestro este mundo

La abstracción de las relaciones sociales debida al proceso de racionalización ha ido aboliendo las dimensiones espirituales de la existencia humana y convirtiendo al mundo en algo predecible, controlable pero también frío, insignificante e insípido. La desintegración del público de la política y su conversión en audiencias sondeables está inextricablemente unida a la crisis que atraviesa la representación cuando el desgaste de los lazos vinculantes se ve atravesado por el opacamiento de las instancias simbólicas que provoca hoy la mediación tecnológica. Esta es la lamentable, despersonalizada y frustrante experiencia de la “política” que nos procuran las pantallas

Ni siquiera el retorno a la ética escaparía al desencanto del mundo con la llegada del post-deber que banalizaría el ideal de abnegación, impulsando la inmediatez del deseo y su consecución, el ego, la individualidad a ultranza, las pasiones efímeras, el materialismo sublimado: la “alegría” consumista – la happycracia - esa especie de felicidad tan actual, que contribuye a la felicidad “intimista” y a la autosatisfacción

La ética se centra en aquello que fue reprimido en nombre de verdades sólidas y, en apariencia, incontestables. Hoy rima el bienestar. Así, la ética se convierte en una figura espectral, la figura desengañada de un eticismo de la mala conciencia

No supone una negación, ya que todo peregrinar hacia el pasado no puede sino abrirse y mantenernos en relación de apertura con lo que ignoramos, en un circunloquio infinito que señala un modo muy especial de habitar el desastre del pensamiento

La desilusión ética reenvía a la experiencia del sinsentido de Occidente, el epílogo de las creencias y la transformación de la fe en una convicción hueca. Las formas de la degradación son tóxicas y esa toxicidad sustenta hoy una utopía tecnocrática que funciona al margen de las necesidades y posibilidades humanas

Este es un tiempo de desencanto, de las “pasiones tristes” de Spinoza. El futuro no está perdido sino simbólicamente invertido y pervertido, lo cual conduce a un envilecimiento político de las sociedades democráticas. Así, actualmente, lo político – la oposición al discurso acorazado de la mayoría - se diluye en una apoliticidad basada en un tema construido a partir de una ideología

determinada. Falta pasión, verdadera pasión, entrega, y sobra ego frente a una alteridad desdibujada

El mundo del sentido acaba hoy en lo in-mundo y en el no-sentido. Está cargado de extravío, de sufrimiento y de revuelta. Todos los mensajes están agotados desde allí de donde parecen provenir

Es entonces que surge más imperativamente que nunca la exigencia de sentido, que no es otra cosa que la existencia en tanto tiene sentido, y esta exigencia por si sola ya es el sentido con toda su fuerza de insurrección. Siempre Nancy

El tiempo lineal es el del crecimiento infinito, sin límites. El tiempo del tempus, en cambio, el kairós es siempre el tiempo oportuno - del Latín ocassio, la ocasión - un tiempo-espacio, un nexo entre tiempo y espacio. Es preciso retomar el tiempo de la vida mediante la reivindicación del kairós. Reconquistar la pluralidad de la fecunda tensión del tiempo, reconquistar el kairós, el tiempo oportuno de la templanza, de la mezcla propicia, del encuentro y el equilibrio productivo entre energías y potencias distintas. Recuperar un tiempo nuestro en el que convergen dos dimensiones temporales que hoy aparecen dramáticamente separadas y enfrentadas: el tiempo de la vida y el tiempo del mundo, el tiempo privado y el tiempo público

Padecemos Estados sin razón, hacedores de miserias, que arrasan a los ciudadanos con sus envoltorios discursivos de categorías éticas y conceptos jurídicos. Pura retórica vacía que utilizan según les convenga

Hay palabras que devoran el mundo, no lo nombran, se apoderan de él, lo cristalizan. Y, por el contrario, hay palabras que respetan el secreto de las cosas y las devuelven a la Tierra en consonancia con la necesidad de recuperación permanente del habla de las cosas mismas

Las cosas no están escritas, están ahí, infinitas, en perpetua creación, un continuo aparecer

Llegados a este tramo de nuestra historia se nos hace extremadamente difícil e inaccesible ver las cosas en su inmediatez. Solo abrir los ojos y contemplar el mundo como caos donde ya no hay pivote y, quizá, lo más cercano a la verdad se experimente en el desasosiego, aunque se siga sintiendo la imperiosa necesidad de continuar, de desafiar los confines, de burlar la exclusión, y esperar tercamente la aparición de una realidad que ya no soporte camuflarse dentro de los parámetros de la razón clásica: una realidad plural, inconciliable, incluso inacabada, una realidad que escape a toda regularización, que permita vislumbrar una totalidad pero sin alcanzarla

 

Setiembre 22 de 2023