La experiencia de la infelicidad, de la necesidad a ultranza marca, endurece y desespera
La simpleza de dar a todos un poco de bienestar y protección contra los daños, desprecio a los partidos políticos, a la demagogia, a la fabricación de pasiones colectivas. Solo con atención, facultad subjetiva, se es capaz de sentir al otro, de percibir, dejando que la persona sea
Simone Weil
Todo el clima que nos envuelve arrastra hacia una especie de letargo que hunde la vida en la nada y la convierte en una convidada de piedra de esos sectores que sobrevuelan las penurias de los olvidados del mundo y se enmascaran con las vestiduras de la demagogia para montar una escena en la que ya no cree nadie mientras que solo queda al descubierto el heroísmo cotidiano de mantener la mirada firme hacia el rostro indiferente del destino de los tiempos
Los hombres hacen su propia historia en circunstancias que no pueden elegir, pero sí pueden elegir qué hacer con o contra esas circunstancias no elegidas, ese impulso utópico que parte de la toma de conciencia de una imposibilidad de representar la totalidad pero con el coraje de no renunciar a lo imposible - espacio de resistencia, de negación, de rebelión: un expresar la palabra a partir de lo inconcebible, escrituras intensas para que la grandeza de alma se manifieste, lecturas que interpelen la sensibilidad para sentir el universo, ya que escribir es como golpear al ser, despertando su atención, desembotando sus sentidos: es la lectura y la escritura contra la indiferencia, una política de la sensibilidad contra la que cada ser clama en silencio pidiendo atención
Este hoy, no obstante, se representa como una política de la indiferencia donde la humanidad misma está excluida de la ley, convertida en la excepción, excepción que es una exclusión. Lo que está excluido no está sustraído a la norma sino que la habita, así la ley se reduce a la nada, al grado 0 de la nada
El estado de excepción es ese lugar que permite la total indiferencia hacia el ser humano, que crea las condiciones jurídicas para que el poder disponga de los ciudadanos en tanto nuda vida, y es clave para iluminar la relación que une y abandona a la vez al ser humano en manos de un derecho que llena el vacío de la política, de la política como parodia. Es lo otro de la ley que hace la ley. Es la ley del abandono:un destierro
No es absoluta ni es ley, sino en la medida en que se sustrae a todo conflicto, es la ley de la ley en su no cumplirse, en su no dejarse cumplir y quienes la sufren son aquellos a quienes les es dada y que son abandonados por ella y ella misma es abandonada por sí en su existencia, es destierro y auto destierro
La indiferencia se engendra en la socialización y el destino, es indiferencia configurada por la eficacia, por la performatividad del poder. La indiferencia es protección, tibieza que justifica la inacción y de ahí a la apatía, el estado emblema de nuestra época, hay solo un paso: una forma de insensibilidad, el ocaso de la piedad y la compasión
El poder se aloja como un parásito en la lengua, forma parte del ADN de toda la humanidad, de todos los tiempos y culturas y su ancla es el lenguaje que se sustenta en las voces “autorizadas” que se institucionalizan como verdad, un discurso autoritario y legitimado que convierte a la enunciación en su propia ideología, una enunciación de mandatos subliminales guiados por intereses espurios dirigidos hacia quienes no pueden responder
Se vive el enlace corrupto de la sintaxis, un lenguaje encubridor que dibuja una sola línea de comprensión, un lenguaje tautológico e hipócrita que se refiere siempre a sí mismo
La interpretación, y el esclarecimiento de la verdad no son operaciones neutras, encubren imposiciones. Los rastros de lo enunciado no son transparentes, persisten, y aunque no se puede cargar todo pasado en el presente, lo determina: la indiferencia, la negligencia, la represión, el autoengaño, la negación, la omisión, la ceguera, el cinismo que empaña el pensamiento y la palabra, diluyen la experiencia y actualizan un olvido conveniente que parece fruto de una discriminación consciente, un olvido que permite recostarse en la pertenencia, un olvido como escudo ficcional que opaca la atención impidiendo la posibilidad de develar la sombra del poder
La lengua acumula informaciones y saberes ilimitados, de allí que sea imprescindible la atención, la reflexión, la toma de conciencia, para configurar un espacio político de disenso como alteración de un poder que perpetúa las divisiones sociales y que protege sus propios intereses negándose a dialogar, lo que provoca que la política deje de serlo para convertirse en agresión y quiebre
La escritura oculta rastros en su urdimbre que persisten como resto, como residuo, que ya estaba allí desde un comienzo, imperturbable, una visibilidad de lo invisible en lo manifiesto que impedía la totalización, el cierre. Ese resto- la restancia- indica también la resistencia ya que el texto se resiste porque está habitado por un exceso indecible
Buscamos respuestas donde no las hay, no hay intimidad entre el ser y el lenguaje, no hay identidad entre lo racional y la existencia ya que la existencia es irreductible al lenguaje. Escribir implica persistir en el desinterés mundano de obtener éxito sin intentar atrapar sensaciones. Importa la pasión sin tregua del que enuncia y no espera nada. Una espera des-esperada de palabras, palabras que se deslizan por sentidos que fugan, gestos de palabras no enunciadas: no hay ninguna continuidad en la escritura
Lo claro se torna oscuro en la espiral de la comprensión, a veces hasta alcanzar la fosilización del entendimiento. Así, el espectador se convierte en historia, se materializa. Ya no ve, mira; sus experiencias, el volumen de su conciencia, el abandono de la atención, la indiferencia, la obsesión, configuran una cartografía de su ser. La negación de la atención - de esa atención selectiva que excluye de la conciencia aquellas sensaciones que resultan más relevantes para la existencia-con, para la existencia-en es la que sume al mundo en un mundo-otro inmerso en la más profunda desatención - como signos externos reducidos solo a sensaciones ópticas - así la sensibilidad, el contorno estético de las personas, es un envoltorio de piel y cultura
Es en la frontera de la legibilidad del mundo donde se revela lo ni siquiera soñado ni imaginado, donde se muestra su materialidad, su inclinación a un abismo sin fin que lo lleva a rozar lo indecible del lenguaje: huellas de la ruta de la negación, de la rebelión, la palabra más allá de la palabra sin testimoniar nada, persiguiendo el silencio
Cuando la ley desencadena todas sus prescripciones sobre los hombres y los hostiga hasta el agotamiento sin dejarles otra cosa que proscripciones, cada una de las cuales conserva cierta oscuridad (fermento indestructible de incertidumbres), entonces el hombre comprende que debe haber otra cosa que cumplir la ley
Revelación de Kierkegaard en una escritura de resistencia a lo que juzga, interpreta, influye e impone
Epoca de repeticiones fallidas sin asimilar, de indexación de la insensibilidad, de retinas gastadas que trivializan los errores y horrores, que se impregnan de la banalidad cotidiana, de escuchas asordinadas por estrategias discursivas, relatos delirantes, multitudes hipnotizadas por la indiferencia y el hambre de olvido
Epoca de espectadores pasivos, cautivos de la delectación contemplativa, prisioneros de la opinión edulcorada, esclavos del status quo y de espectadores activos sin reconocimiento de su propio poder, esclavos de su impotencia
Epoca de la ablación de la reflexión y de la instalación del sentido común como bandera de identidad
La sociedad no solo impone modos de ver sino que modela la atención que se esboza en negatividades residuales, poéticas que pueden lograr una interrupción de los estados perceptivos. El control de la atención afecta la autonomía, pone en evidencia el mandato técnico e institucional que subyace en su base. Pero, las huellas de la potencia de sentir y crear, imaginar, saber e intervenir, perseveran
En la sociedad moderna, la fragmentación es la forma que tienen los códigos de los sistemas de atención para manifestarse. La indiferencia es distracción, o lo que es lo mismo, des-atención. La concentración se escapa y la música de las múltiples dimensiones del universo pierde sentido y se evapora desoída. Todo sirve para la conquista. La vida sigue entre fragmentos, la atomización la iguala: es la tarea de la desaparición, todo ocurre en ese sustraerse, con el fondo coral de la auto identidad compartida, la alucinación colectiva y la ablación de los sentimientos
Por otra parte la conformación de la inteligencia artificial, dotada de una fuerza incomparable, se ha posicionado como un organismo cognitivo aumentado. Es un poder a la vez cercano y lejano que orienta nuestros comportamientos - o nos desorienta - y se sitúa a distancia de nosotros mismos en una suerte de universo cerebral artificial paralelo, una forma de aura soberana puesta a nuestro servicio-instalando el decisionismo que nos onubila y nos sigue distrayendo de nuestras reales elecciones
La atención, si despertara, descubriría el cansancio, recuperaría la potencia de las palabras y se abriría al descubrimiento, la entrega, la inspiración y la creación. La atención desterritorializante de la mirada fosilizada del pasado, flotante, dispuesta a la apertura, los ojos bien abiertos, es intensidad que se despliega acallando los ruidos del mundo, atención en una vigilia aún con los ojos cerrados, propia e impersonal
El silencio es un comunicar transparente pero también testigo de impunidad. La diferencia radica en aprender a mirar a lo lejos sin oponer la comprensión a la explicación, la génesis a la estructura, la imaginación al entendimiento: mostrar lo que está presente, una sumisión incondicional a la atención
A veces nos movemos distraídos en el tiempo, en un presente eterno, en un futuro rediseñado a gusto, otras en un pasado que no sabemos resolver, como si nuestro verdadero tiempo no fuera el instante que pasa. El interés por el pasado es un rayo que viene de atrás, la atención, en cambio mide las sacudidas y oscilaciones de un presente frente a las cuales somos la mirada de una sensibilidad múltiple, es un oleaje de auto diferenciación, rayo sin centro ni periferia, obligada a trabajar desde un nuevo centro para mantenerse dentro del mundo, según el movimiento de sus desestabilizaciones
Noviembre 1 de 2023