leía que vivir es esperar que el tiempo pase o la vida comience
pero sucede que a veces se nos da por acomodar un paisaje de hace mucho que aun habita en las entretelas del tiempo y
hoy derrama de repente sobre mí sus resonancias
pasiones clausuradas
encerradas en el interior de su destino
somos circulamos y vivimos
y descendiendo al fondo alcanzamos lo real
algo resuena desde todos los niveles
algo vibra
se emociona y
accedemos por raras puertas disimuladas subrepticias y evanescentes a
experiencias límites que nos expulsan de nosotros mismos
donde se abren mundos de estremecimientos innumerables
la continuidad ininterrumpida de una melodía compuesta por estampas del pasado barajándose él mismo sin cesar en un presente nuevo
no podemos olvidar el carácter irrevocable de existir
se organiza la vida esperando un acontecimiento que no acierta a llegar
pero jamás nada sucede al que espera
salvo haber esperado en vano
una melancolía invertida
ya que el tiempo sigue paseando su sustancia volátil
mientras los hombres viven atrapados en la espera
hace falta inclinarse hacia el lado de la vida
hacia todo aquello que toca el yo de las profundidades
ese yo sin rostro
el que siempre hemos sido pero raramente somos
abrazados al espíritu mismo de las cosas
inseparable de la ingravidez que sostiene la danza universal de todo el universo
el puro devenir
vivir es el esfuerzo que hacemos para levantar el peso que cae
el hacedor avanza inquieto y sin certezas
no salta de una vez por todas
pero lo trata cada vez para ver y sentir lo indoblegable de su espíritu
para intentar realizar lo irrealizable en este universo que se abre sobre una infinidad de mundos
es necesario entrar en lo que se hace
seguir lo viviente y
alcanzar el devenir que es la vida de las cosas
Diciembre 2 de 2023