voces eternas pero a la vez ausentes pueblan el aire
una especie de música
quizá una advertencia del cuerpo invisible del tiempo en la distancia
que la recorre tratando de alcanzar su enigma
voces de la hondura del espacio
que resuenan como testigos del drama de la vida
voces que se sustraen del ruido de lo conocido
que aparecen como la inminencia de una historia
de un encuentro detenido en el umbral interrumpiendo la trama de la realidad
vienen como átomos hacia nosotros impregnando los ojos en la oscuridad
abriendo los oídos dormidos
y el alma
inasible
que parece descolgarse de esas voces que parten de su propia ausencia
me convierto en la disonancia de ese acorde de la lejanía
y nada hay en mi mente que no esté allí
en ese acorde
que toca una presencia invisible
una evidencia plantada en el abismo
una incandescencia que no deja de arder
somos una libertad arrinconada en el fondo de nuestros pensamientos
sostenidos por una ilusión
pero todo es durar y vibrar y resonar
Abril 18 de 2024