Sentí un hambre infinita de esos sentidos que abandoné en la oscuridad de una elipsis
como restos nocturnos exiliados en el terreno vago de lo inexpresable
los sentí como rehenes del silencio derrotados por el peso de cada segundo
los sentí como rehenes del silencio derrotados poe el peso de cada segundo
recordé el tiempo en que me asediaron
la mansedumbre de esos días desapegados de tiempo que rozaban a veces lo inefable
en los que se palpaba una ligereza que sobrevolaba el misterio de la puerta entreabierta de una casa vacía
y percibí un hilo luminoso que de descolgaba de las nubes
quebrándose
como coartada de un secreto mal guardado
quizá un pensamiento del alba
o de un amanecer que me pertenecía
me sentía como un viandante flotando en el crepúsculo
ahí de la salida de la luna
todo se entretejía en una inmanencia inviolable
en un extrañamiento de lo natural
como un sueño dentro de otro sueño
y todavía sigo oyendo esa palabra jamás silenciada que no sé cuál es
Abril 23 de 2024