día tras día nos leemos en los signos del diario vivir
y en los infinitos laberintos que atraviesan sus alrededores
dudamos y vacilamos en esas derivas que hospedan el paraíso embozado de existir
esa ficción que nos vive descifrando en una continuidad de crisis apaciguadas
de ardientes insurrecciones calladas
el amanecer siempre parece retardarse antes de cruzar los puentes que abrazan las sombras
mientras un fuego sagrado se apaga lentamente
y la noche todavía bendice la Tierra de los ojos cerrados
allí
donde los hombres olvidan que el latido fue primero que el aliento
que la realidad es apariencia
y que hay un otro lado de las cosas para quien pueda ver
mas el clamor del mundo sigue interpelando la contingencia
cincelando en la piel las horas que pasan obstinadas y vacías
en una complicidad constante con las ilusiones
y deambulamos en zig-zag entre los escaparates de un escenario montado especialmente para nosotros
en una plenitud efímera e instantánea de un mundo desolado y transparente
donde la mirada no alcanza a despegarse de los ojos
es que ignoramos que lo que no vemos es lo que nos permitiría ver
Junio 6 de 2024