las horas perdidas van dejando huellas invisibles en un tiempo
que no pertenece a nadie más que a mí
sendas que necesito volver a buscar en ese tiempo que falta
quizá desgarrando el entretanto
hasta que no quede nada
sino
el sublime extrañamiento de reencontrarme en esa repentina intensidad
un acontecer desvaneciendo el ahora y deslizándose hacia atrás
oculto como en un sueño en el misterio de ese enigma que encarnamos
un recuerdo roto en mil pedazos se resistía a ser restaurado con palabras
sujetado de un borde de silencio
quizá ese amor que escondió uno mismo inadvertido
clausurando su luz
puede que el tiempo sea una alteridad indoblegable
una realidad impalpable que envuelve todo lo que somos y lo que dejaremos de ser
un horizonte invisible que se pliega sobre sí para custodiar el infinito deseo de las almas en suspenso
una pura nada deslizándose en el vacío
como una eternidad inapelable
o
un río clandestino que susurra nuestras voces
sí Borges
un río y nosotros somos ese río
Agosto 6 de 2024