hay heridas en la Tierra que exhiben en lo más profundo tramos de frágil belleza
infinitos matices brillan con el tono soberano de las grandes pasiones
quizá semejantes al de la emoción siempre latente que revela el secreto de existir al borde de la vida
una especie de majestuosa inquietud como la que precede a esa insoslayable osadía de seguir siendo
no hay señales ni voces
solo el aliento inextinguible del silencio quebrado por los ecos que resuenan su límite inefable
si las estrellas resplandecen aun rodeadas de tinieblas
y brillan a lo largo de los interminables ríos que fluyen para perderse tras una gota de luz siempre borrándose en un rastro imposible
así el suspiro postrero se abraza a un deseo inútil
el tiempo es abismal y abre pasajes secretos a un mundo casi perdido
en un amanecer tan cerca de la noche que no podrían diferenciarse las luces de las sombras
es la transparencia impenetrable que nos mira
la usura del día donde nace lo invisible y donde transitamos la contingencia empujados por el soplo de los vientos
mientras que en la eternidad todo está empezando
Agosto 24 de 2024