Somos los irremediables embajadores de un destino en tierra extraña
entre una cercanía que nos embauca y una lejanía desdeñosa
enigmas atrapados en la misma red de la existencia
a veces nos damos cuenta de eso que nos falta y nos ponemos a vigilar la ausencia
noches en vela
amaneceres que desnudan la irresistible necesidad de vivir con todo lo que somos
y entonces el aire vibra con nuestro propio aliento
ese soplo ardiente de las voces que rasguñan el silencio que nos habla del corazón oculto de las cosas
pero nos faltan palabras para descifrar eso inefable que nos vive callando
solo somos
notas esparcidas que vamos dejando nuestra música en la travesía de la errancia
huellas de una plenitud quizá efímera
corolario de azares desvíos y rupturas
conjeturas y Azar
pasajeros del estupor en un laberinto de oscuridades inevitables
así va transcurriendo fatalmente toda nuestra vida
perdidos en los meandros infinitos de una ignorancia que deja el mismo día en vano atrás
tal vez buscando siempre la palabra perdida que guarda nuestro secreto
agazapados detrás de esas zonas extrañas e incomprensibles del pensar
mientras tanto
lo más difícil es descubrir lo que de todos modos ya sabemos
no hacemos más que repetirnos
nunca tenemos ni un solo día de aire puro
siempre el mundo dice Rilke
Setiembre 9 de 2024