una luz lejana y vacilante hace nacer la sospecha de algo más que no alcanzamos a ver
hay quienes enmascarados detrás de esa vida que nos vive
son capaces de encontrarle la vuelta a lo invisible que subyace en el fondo de los días
una verdad escondida donde empezó todo
un rumor sordo que nadie escucha
hipótesis y conjeturas que descosen hilos de silencio
en el ensordecedor ruido del presente
los milagros pasan de largo
y las cortinas cerradas de mi ventana borran la noche
mis párpados caen y entro en un mar que se hamaca en la marea
no alcanzo a llegar al barco quieto que se mece solitario con la única luz encendida que le queda
nunca he podido llegar
aunque en las primaveras por la medianoche solía escaparme para verlo
vibraba con ese secreto que sabía tenía para mí
en medio de la fiereza que a veces hace del mar un dios embravecido pude escuchar un aria desde lo más profundo
el barco parecía zozobrar a los ojos de la luna
pero solo era sombra y agua
otra de las sendas de la noche
un lugar donde buscamos no lo que nos falta sino lo que no nos falta
extrañándolo donde no está
esperándolo siempre
perdido en un mundo sin sentido del tiempo
golpeando en el centro de lo que somos
Setiembre 16 de 2024